La bahía de Sant Antoni será de gestión privada si el proyecto del club náutico sale adelante.

Un derecho que consideran histórico versus un proyecto de gestión privada en zona pública. La oposición que la Asociación de Usuarios de la Bahía de Portmany está llevando a cabo contra el proyecto de fondeos ecológicos que tramita Es Nàutic de Sant Antoni centra su rechazo en la futura privatización de las láminas de agua, que provocará el fin del uso gratuito de la bahía como fondeadero para embarcaciones.

El ‘Proyecto básico de recuperación ambiental y ordenación de fondeos en la bahía de Portmany’ está pendiente de aprobación por parte de la Comissió balear de Medi Ambient, pero sobre todo, aún debe recibir la concesión para gestionar este espacio de dominio público que es competencia de la Demarcación de Costas. A partir de ese momento, todo barco que quiera un punto de atraque en la bahía tendrá que pagar el precio que ponga el club náutico. Su propuesta tendrá una inversión inicial de 565.244 euros y un ambicioso plan para limpiar los fondos de la bahía, incluyendo la retirada de quince barcos hundidos, para instalar 96 boyas ecológicas.

Aunque el gerente de Es Nàutic, Juan Vicente Roselló, asegura que los precios serán «asequibles» para los barcos de todo el año, la agrupación de usuarios desconfía de que las tarifas sean «populares», a la vez que critica que las instituciones «permitan» al club náutico «lucrarse con los fondeos».