Juan Salvador Iriarte en su despacho de la conselleria.

Aunque fue nombrado en mayo, asumió de forma efectiva el cargo en julio y asegura que ya le ha dado tiempo de «aterrizar» y de familiarizarse con el tema de las carreteras. Iriarte (Madrid, 1970) es ingeniero de caminos, canales y puertos por la Universitat Politècnica de Catalunya y máster en administración y dirección de empresas y en dirección financiera. Antes de su cargo en el Govern trabajó en la empresa Acciona, donde realizó algunas obras públicas en Mallorca, y en Autoritat Portuària de Balears.También ha sido director de la empresa Amer e Hijos, SA. Ahora le ha tocado asumir la herencia de las autovías de Eivissa.

—Cuando entró el PP en el Govern balear dijo que las tierras expropiadas de la autovía al aeropuerto se quedarían en los terrenos de Matutes en los que se construirá un campo de golf y no se llevarían a vertedero. ¿Esto lo mantiene usted ahora que ha asumido esta competencia?

—Sí. El motivo es que no tenemos la obligación de retirarlas.

—¿No había una orden del anterior Govern que obligaba a retirarlas?

—El anterior conseller d’Obres Públiques, Jaume Carbonero, dio orden de retirar las tierras y para eso se incautó la garantía. Pero inmediatamente después otro conseller de su mismo gobierno, el conseller Manera, decidió dejarla sin efecto. Jurídicamente, porque tengo un informe jurídico que así lo dice, en el momento en que te devuelven la garantía queda sin efecto la orden.

—¿Entonces qué pasa, que el conseller Manera y el conseller Carbonero no se pusieron de acuerdo?

—Eso no lo sé. Yo solo sé los actos administrativos que hay, que es la devolución de la garantía. A partir de ese momento la concesionaria le pone un contencioso al gobierno para cobrar las tierras que ya ha cobrado. Pero no se admite a trámite esta petición. El Govern no le dice que continúe retirando. Si tanto interés tenía el anterior Govern en retirar las tierras tuvieron cuatro años para hacerlo y no lo hicieron. Al final retiraron 10.000 m3, no mucho más.

—Entonces usted cree que no es necesario retirar esas tierras.

—Yo lo que creo es que ahí hubo un acuerdo privado en su momento [entre la concesionaria de la obra Accesos Ibiza y Empresas Matutes] en el que decidieron que las tierras se depositaran allí. Y en aquel momento en la ley que existía para hacer uso de las tierras sobrantes de una obra no te exigían como hoy que la llevaras a canteras o a lugar de empleo en la propia obra.

—Pero el proyecto decía que se tenían que llevar a una cantera...

—O a lugar de empleo. Me he dedicado muchos años al mundo de la construcción y de esto entiendo. Antiguamente lo que se hacía siempre era: ¿dónde puedo depositar las tierras, siempre que sean limpias, que tengan mejor uso que en una cantera? Y siempre encontrabas a alguien que estaba o haciendo un relleno o algo. Compensabas tierras, que es lo más sostenible. En ese momento, ¿cómo llegaron a ese acuerdo y de qué manera? Lo desconozco, no sé nada del año 2006. Hubo una aceptación por parte de la Administración en este tema, eso está claro.

—Empresas Matutes ahora insiste en que no quiere tener las tierras allí y pide al Govern que las retire.

—Ya, ¿pero yo de dónde saco el dinero para quitar las tierras? Aquí parece que la gente piensa que sacar esto son dos duros y la broma cuesta entre 7 a 10 millones de euros.

—¿Pero que tiene que pagar quién? ¿No lo tenía que pagar la concesionaria?

—El que ordene la retirada. ¿La concesionaria por qué? Llegó a un acuerdo para dejarlas aquí.

—Ya sabe que este tema es muy polémico, hay expropiados que no quieren que sus antiguas tierras acaben en un campo de golf.

—Eso ya no lo sé. Yo solo me centro en el problema que tenemos. En 2006 alguien decide que las tierras se pueden poner ahí. Tres sentencias dicen que hubo una aceptación. Yo sobre la mesa no tengo obligación de retirarlas. Y si encima las quitamos y luego quieren hacer un campo de golf a ver de dónde las sacarían. Estaría bueno que ahora fueran a buscarlas al mismo sitio a las que se retiren. Eso sí que sería ‘inteligente’.