Una de las aulas del colegio Puig d'en Valls totalmente vacía

Verde. Ese era el color que ayer predominaba en la puerta del colegio de Puig d’en Valls. Se trataba del primer día que se organizaba en Eivissa lo que se denominó la campaña de aulas vacías. Y casi lo consiguieron.
De hecho de los más de 400 alumnos con los que cuenta el centro escolar, solo 37 se quedaron a pasar la mañana, ante la imposibilidad de quedar en otros lugares.

«La educación en lucha» o «Quiero a la educación» eran las pancartas que los propios padres sostenían a las puertas del centro.
Antes de las nueve de la mañana, más de un centenar de personas, entre padres y niños, se aposentaban a la entrada del centro escolar. «Quiero una camiseta verde, me sabe mal ir así», decía una madre apurada por ir vestida de blanco entre la marabunta verde. «No te preocupes, si estás aquí es que estás con nosotros», le respondió Susana Vega, presidenta la Apyma.

«Estoy contenta porque sabemos que para algunos padres es dificil, tanto acudir a la puerta como dejar a los niños en casa con alguien», apuntaba Vega. De hecho, algunas familias dejaron a los más pequeños con amigos con el objetivo de hacer la primera jornada de aulas vacías todo un éxito. «Lo que queremos es resistir, hacer un poco más de fuerza y que se acabe esto cuanto antes», señalaba ayer la presidenta de la Apyma.
La decisión se tomó de forma unánime en una asamblea celebrada a principios de semana. Pero la cosa no quedó ahí, ya que de continuar la protesta de los docentes, la Apyma de Puig d’en Valls está dispuesta a repetir la iniciativa una vez a la semana. Además, de la venta de camisetas también se destina una parte a la caja de resistencia del colegio y la intención es celebrar algún tipo de mercadillo para conseguir más dinero para ese fondo común.

Una vez pasadas las nueve de la mañana, los padres y los alumnos, se dispusieron a abandonar las puertas del centro por el mismo camino por el que habían llegado. Otros, se afanaban en rellenar formularios para registrar en la Conselleria d’Eudcació y mostrar así su desacuerdo con la implantación del TIL antes de abandonar el lugar. Por un día, las aulas quedaron desangeladas.
Mientras, detrás de la puerta del centro se quedaban los profesores, también con su camiseta verde, dando las gracias a todos los participantes. Y sí, con ojos iluminados, mostrando su emoción. Y es que ya son diez los días de huelga. Como decía alguien: «Los fines de semana también estamos activos y también nos descuentan».