Alberto Pons recibió a este periódico en las instalaciones del Club Náutico de Ibiza. | (c) Sergio G. Canizares

El nuevo presidente de Autoritat Portuària de Balears, Alberto Pons, visitó ayer por primera vez Eivissa y aprovechó su estancia para reunirse con diferentes agentes y asociaciones de la isla. Pons también se entrevistó con el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, pero no con los máximos responsables de las instituciones de Eivissa. Ni con el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Serra, ni con la alcaldesa de Vila, Pilar Marí, por un «problema de agendas», según comentó. El nuevo presidente de Autoritat Portuària habló del futuro del puerto de Eivissa y estimó que hasta dentro de unos cinco años no se podrá contar con la reordenación del puerto completa. También señaló que hasta dentro de dos o tres años no se haría efectivo el traslado de los buques de Formentera al muelle comercial.

—¿Cuál es la valoración de su primera visita en Eivissa?

—Positiva. Diferentes sectores me han pedido que acabe de rematar y de impulsar proyectos que ya están prácticamente acabados, como los muelles de Botafoc o las pasarelas y otros como la fachada marítima. Después también está el traslado de los barcos de Formentera, que me he encontrado con un consenso y que, en principio, a mí también me parece que puede ser beneficioso para todas las partes. Así que, en principio, también quiero que Autoritat Portuària impulse en lo posible esta iniciativa.

—De esta forma, ¿mantendrá todo lo que hasta ahora se ha consensuado muy a pesar de que el Consell de Formentera no estaba demasiado de acuerdo?

—En principio, también tengo el apoyo del Consell de Formentera, si bien es verdad que en ambos casos estamos de acuerdo en que tenemos la oportunidad de hacer una mini estación marítima y un emplazamiento en el que tanto los ciudadanos de Formentera como las empresas tengan la posibilidad de llegar a un área que realmente cumpla con todas las expectativas de servicios. Este autobús marítimo [la conexión marítima entre las Pitiüses] debe tener unas garantías de servicios y una más que digna presencia.

—En cuanto a la fachada marítima, ¿en qué momento se encuentra el proyecto? ¿Se podrá cumplir con los plazos previstos?

—Se había comentado que se podría empezar este invierno, pero no. Está muy avanzado pero estamos acabando de pulir algunas cosas y queremos primero conocer la opinión de ciertos sectores de la ciudad. La alcaldesa de Vila también me ha pasado algunos comentarios y anotaciones que, en general, se pueden calificar de menores, pero se tienen que acabar de pulir. También está el asunto de Es Martell y estamos en eso, en alcanzar el mejor acuerdo para unir las necesidades portuarias con las necesidades y oportunidades que ofrece ese muelle a la ciudad porque se pueden ofrecer jardines, parques infantiles y otros usos que la ciudad considere oportunos y que yo estoy encantado de que se hagan.

—¿Cuándo se podría ver la foto inicial de esta remodelación de la fachada marítima?

—Para el invierno del 2014-2015 deberíamos empezar las obras.

—Estamos hablando de un año más de retraso.

—Sí porque sería una torpeza empezar ahora las obras. Nos podríamos arriesgar e iniciarlas en enero o febrero, pero no me lo planteo porque después empieza la temporada, hay que pararlas y en octubre o noviembre volver. Creo que es razonable esperar un año y tenerlo todo a punto para que cuando acabe la temporada turística del 2014 empiecen las obras.