Los usos turísticos en sa Conillera no están permitidos pero tampoco están prohibidos. Una falta de determinación legislativa que en vez de zanjar la polémica entre el grupo Empresas Matutes y el Consell d’Eivissa sobre el futuro del islote la profundiza.

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La Conselleria balear de Medi Ambient reconoció ayer que el Pla d’Ordenació de Recursos Naturals (PORN) de Cala d’Hort, Cap Llentrisca y sa Talaia, que regula la reserva natural que incluye a los islotes de poniente, como sa Conillera, es totalmente «interpretable» y no define si se puede desarrollar o no un proyecto hotelero como el que pretende llevar a cabo el empresario Abel Matutes en el faro del islote.

Esto ocurre porque la normativa que debía establecerlo, el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), nunca fue redactada, a pesar de que el plan de ordenación así lo establece desde su aprobación definitiva en 2002. Por lo tanto, para Medi Ambient, ni el plan de ordenación de recursos naturales «establece claramente que los usos turísticos no están permitidos», como justificó PSOE-Pacte en la moción que logró el apoyo del PP en el Consell para rechazar por unanimidad el proyecto hotelero, ni permite «las actividades turísticas sostenibles» mediante plazas ofertadas como «agroturísticas» o autorizadas en edificaciones «tradicionales», como asegura el grupo empresarial. O sí. Todo dependerá de la interpretación de la normativa que se lleve a cabo cuando el proyecto inicie la tramitación, según afirmó el portavoz de la Conselleria balear de Medi Ambient.