Según muchos de los presentes las 250 personas que acudieron a la marcha del 1 de mayo en Eivissa fueron más que las de los años anteriores. | DANIEL ESPINOSA

A las 11,30 horas y con más de media hora de retraso «por las trabas que lleva poniendo los últimos años el Ayuntamiento de Vila contraprogramando actividades deportivas», unas 250 personas comenzaron en la calle Navarra la tradicional manifestación convocada por los sindicatos de Eivissa con motivo del 1 de mayo, Día del Trabajador.

Todos ellos caminaron hasta el parque Reina Sofía portando las banderas de sus respectivos sindicatos, las de la República y pancartas en las que se podía leer «Sense ocupació de qualitat no hi ha recuperació, mes cohesió social per a mes democracia» y «El trabajo decente no es un privilegio, un paso atrás en el convenio de hostelería», y entonando consignas como «ni un paso atrás en los convenios», «queremos una Europa más social», «a este gobierno lo tenemos que tumbar», «esta crisis es una estafa» o «empresarios peseteros».

Sin embargo, la marcha no despertó demasiado interés entre los escasos ciudadanos y turistas que caminaban por unas calles de Vila casi desiertas en un soleado y caluroso día festivo. «¿Qué es esto?, ¿por qué tanto ruido y alboroto?», se preguntaban dos turistas ingleses que se cruzaron con los manifestantes en la puerta del edificio del Consell d’Eivissa, dónde se realizó una parada y dónde se pidió la dimisión del president del Govern, José Ramón Bauzá.

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