Los cruceristas se mostraron muy interesados en conocer la historia de Dalt Vila y su fortificación como ciudad amurallada.

Más de un centenar de pasajeros alemanes de alrededor de 55 años madrugaron ayer para bajar del buque Deutschland y hacer una excursión de cuatro horas para conocer el interior y las playas de Eivissa, así como el casco antiguo. Se trata de los últimos cruceristas que reciben las Pitiüses este año, una temporada que se ha mantenido estable en las escalas en relación al año pasado (este ejercicio se han contabilizado 110 frente a las 109 del año pasado).

Para el año que viene, según explicaron desde la Autoritat Portuària de Balears (APB), se espera la llegada de 117 cruceros, lo que supone un aumento del 6,3%. «Esto nos demuestra que Eivissa es un puerto donde se estabiliza el mercado de cruceros y que se trata de un destino por el que apuestan las navieras», explicó un portavoz del gestor portuario, quien destacó que tanto Eivissa y Formentera son unos destinos muy bien aceptados por los pasajeros dada su diversidad de oferta turística. De cara al año que viene es preciso recordar que el muelle sur de es Botafoc habrá prolongado su extensión mediante duques de Alba, lo que puede propiciar un aumento de cruceros para 2016.

De excursión

«Están bastante interesados en conocer y saber cosas de Eivissa. Les sorprende mucho que no haya placas solares cuando en la isla hay tanto sol porque en Alemania están muy acostumbrados a usar energía solar», explicó José Costa, uno de los guías turísticos que acompañó a los últimos cruceristas del año en su tour por Eivissa. Además de preguntar por aspectos culturales y gastronómicos, los últimos cruceristas del año preguntaron por el precio de la vivienda o del agua potable: «Sin duda han mostrado interés por adquirir una segunda residencia en la isla», reconoció este guía turístico.