Las tres protagonistas, durante el espectáculo del sábado. | Toni Escobar

La compañía The Funaviolistas triunfó el pasado sábado en el Palau de Congressos d’Eivissa, donde apenas quedaron butacas libres. Unos 350 espectadores pudieron disfrutar con su peculiar propuesta escénica, eminentemente musical, pero que además combinó danza y teatro del gesto para desarrollar una tragicomedia con un mensaje de esperanza ante las adversidades que vive hoy el mundo de la cultura.

El montaje -que recibió el Premio Max 2014 al mejor espectáculo revelación- explicó, sin mediar palabra, la historia de tres intérpretes que, tras ser despedidas de sus respectivas orquestas, unen sus fuerzas para afrontar su precaria situación.

Músicos callejeros

Así, Ana Hernández (violín), Mayte Olmedilla (viola) y Lila Horovitz (contrabajo) dieron vida a tres artistas que se ven abocadas a ejercer de músicos callejeros.

Las primeras piezas del trío desprendían cierta tristeza, aunque las aderezaron con un punzante espíritu burlón mediante continuas travesuras arrancadas de sus instrumentos. En apenas un par de números ya tenían al público en sus bolsillos.

Poco a poco, se abrieron complicidades entre ellas, mientras desgranaban un excelente repertorio musical que transitó entre sonidos clásicos (Vivaldi, Bizet o Leopold Mozart), con incursiones al jazz o el soul, pero sobretodo con un claro acento argentino (Piazzolla), añadiendo además guiños a temas populares como ‘La cucaracha’ o ‘La pantera rosa’.

Hubo momentos impagables, como el tango que se marcó Horovitz literalmente con su contrabajo, tocándolo a la vez que le hacía de pareja de baile; una exhibición de Hernández, sacando notas a su violín mientras se mantenía de puntillas con sus zapatillas de ballet; o el popurrí mientras hacían ‘zapping’ en un pequeño televisor, donde salieron de sus cuerdas hasta los sonidos de una carrera de Fórmula 1.

Al final del espectáculo, dos tentadoras ofertas de trabajo amenazan la unión que les había permitido superar sus fracasos, pero renuncian a su carrera individual y optan por mantenerse juntas.

Para celebrar la decisión, The Funamviolistas terminó su show con un bis que culminó con ’Belleville rendez-vous’, que el público acompañó con sus palmas, entusiasmado y agradecido por los equilibrios escénicos y musicales de estas tres músicos convertidas en artistas.