La noche más especial y mágica del año, la noche de Reyes, inauguró una semana marcada por la tragedia en París. Un atentado contra la libertad de expresión enmudeció el mundo horas después de que la tradición cristiana sumergiera en un estado de ilusión y felicidad a buena parte de los niños de este y otros países. Pero la alegría duró poco. Un injustificable y sanguinario ataque yihadista a la sede del semanario satírico ‘Charlie Hebdo’ acabó con la vida de 12 periodistas, 12 compañeros que a través de su ingenio trataban de relativizar los problemas actuales. El fanatismo, de uno y otro extremo –no han faltado los oportunistas que aprovechan el miedo para alimentar la islamofobia- tumba cualquier atisbo de acercamiento entre culturas y agudiza la sinrazón y la intolerancia.

Ciudadanos, partidos, asociaciones e instituciones de las Pitiüses expresaron su dolor y repulsa a los ataques contra la libertad de información. Las horas de terror se han prolongado durante dos días al otro lado de los Pirineos hasta que este viernes fueron capturados (y asesinados) los responsables de la masacre. Ahora, la obligación de nuestros representantes es tender puentes que minimicen la ira. Porque el odio genera odio.

Dejando a un lado este trágico suceso en el ocaso de la Navidad, la semana en Eivissa y Formentera arrancó con los datos del paro, que revelan una insignificante caída en el número de parados y un ligerísimo aumento de la contratación. Cifras insuficientes en un archipiélago en el que se disparan la desigualdad y los contrastes, sobre todo en periodo estival.

El miércoles conocimos que la superficie de cultivo de las Pitiüses está repartida en 70 propiedades y que la agricultura ecológica ha aumentado en más de un 100 por cien en la última década. Por otra parte, los vecinos de Talamanca reiteraron su desacuerdo con las medidas del Govern sobre el emisario. Tras más de 10 años sufriendo vertidos, su única reivindicación es la sustitución de la infraestructura.

En Palma no están por la labor, y las administraciones locales miran para otro lado.

Donde sí parecen haber entrado en razón es en la gestión de las residencias de Can Raspalls y Can Blai asegurando los puestos y las condiciones laborales de sus trabajadores, al menos hasta finales de mayo.

También esta semana comenzaron las rebajas en la mayoría de comercios de las islas. Descuentos que superan hasta el 50% atrajeron a un importante número de clientes ávidos de complementar sus fondos de armario al menor coste posible. Es la dinámica actual: rascarse poco el bolsillo y guardar por lo que pueda pasar. Con políticas restrictivas este es el futuro que nos aguarda.

En clave de medio ambiente, el jueves llegaron desde Madrid noticias positivas para la paralización de las prospecciones en el Golfo de Valencia. Mientras tanto, el puerto de Eivissa rozó en 2014 los 2 millones de pasajeros, un 10% más que el año anterior.