Vista del Hospital Can Misses de Eivissa. | (c) Sergio G. Canizares

Pocas infraestructuras han estado tan en el ojo del huracán como el Hospital Can Misses, del que este fin de semana se han cumplido treinta años de su inauguración oficial. El 31 de enero de 1985 el ministro de Sanidad y Consumo, Ernest Lluch, inauguró el nuevo centro hospitalario rodeado por todas las autoridades y representantes políticos de la época, un evento que llegaba más de un mes después de que el hospital se hubiera puesto en marcha el 22 de diciembre de 1984. Lluch recorrió las nuevas instalaciones acompañado por el director del centro, el hematólogo José Antonio Muñoz-Román, que hacía prácticamente diez días que había sustituido en el cargo al cirujano César Hernández Soto.

Según cuenta la crónica de aquel día en Diario de Ibiza, el ministro socialista [que en el año 2000 fue asesinado por la banda terrorista ETA] recordó durante su parlamento que en la anterior visita que había hecho a la isla prometió no regresar hasta que no se inaugurara el centro hospitalario, lo que le impidió pasar un fin de semana con su hija en Eivissa aquel verano. Lluch terminó su alocución con un «Ibiza se lo merecía», apuntaba el único rotativo de la época en Eivissa, cuyo precio era de 45 pesetas (27 céntimos de euro).

Al igual que hoy, hace tres décadas la capacidad asistencial del Hospital Can Misses ya se ponía en duda. Sin embargo, muchas eran las voces que entonces pensaban que el nuevo centro sanitario era demasiado grande para las necesidades de la isla. ¡Ver para creer! La capacidad máxima de las camas era de 250, «pero al estimarse excesiva para la demanda asistencial de la isla, en una primera fase se ocupan 100/120», aseguraba Diario de Ibiza.

Según Lluch, la capacidad era «suficiente» y recordó que la instalación podría ampliarse «prácticamente de inmediato».

La construcción del nuevo hospital se había llevado a cabo entre los años 1978 y 1984 en un solar de 15.000 metros cuadrados de la hacienda denominada can Misses. Unas obras que costaron más de mil millones de pesetas (6 millones de euros). Las especialidades que funcionaron desde su inicio fueron: Pediatría y Maternidad, Medicina Interna, Cirugía y Traumatología, Radiología, Laboratorio, Consultas, Urología, Digestología-endoscopia, Oftalmología, Odontología y Rehabilitación. Un total de 267 profesionales trabajaban entonces en Can Misses, una cifra que contrasta con el millar que lo hacen en la actualidad.

Al poco tiempo y justo al lado del nuevo hospital se empezó a construir un centro de salud que ya ha desaparecido con la construcción del ahora nuevo hospital de Can Misses. En 1985 también se hablaba de los futuros traslados con helicóptero desde Formentera, un servicio que se pondría en marcha años después. En 2002, el hospital pasó a ser competencia del Govern balear.

El hospital de Can Misses sustituyó al Ambulatorio de la Seguridad Social situado en el primer cinturón de ronda, donde hoy se levanta la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía.

El ministro Lluch tuvo que pasar la noche en Eivissa por culpa de la niebla, que obligó a suspender ocho vuelos. Antes de inaugurar el hospital ibicenco, Ernest Lluch se paseó por el puerto deportivo Ibiza Nueva junto a la comitiva de políticos autóctonos de la época, entre los que se encontraban Antoni Marí Calbet (presidente del Consell Insular), Adolfo Villalonga (alcalde de Vila) o Francisco Bonet Redolat (delegado del Gobierno en las Pitiüses).