Un grupo de alumnos tomó parte en varios experimentos en el laboratorio de la UIB de Eivissa. Por su rostros, disfrutaron de lo lindo. Fotos: TONI ESCOBAR | Toni Escobar

Un total de 180 alumnos de ESO y bachiller participan esta semana en el programa DemoLab, en la sede de la UIB en Eivissa, como parte de una serie de actividades para acercar la ciencia a los futuros universitarios.

Asimismo, se llevan a cabo actividades prácticas relacionadas con los contenidos científicos de cuarto de ESO y de primer curso de bachillerato.

Los alumnos, de seis centros educativos, toman parte en los proyectos ‘Una medusa... d’ADN!’ y ‘Es una substancia, són dues en una, o tres en una?’, a través de los cuales dan sus primeros pasos en la exploración de diversos campos de la química o la biología.

Experimento

En el primero de ellos, los participantes aprendieron a extraer el ADN del núcleo de una célula a través de 10 sencillas técnicas o pasos que detallaron las dos profesoras que coordinaron la actividad.

En primer lugar, explicaron, se introduce medio plátano o kiwi dentro del mortero; con unas tijeras se corta en trocitos pequeños el tejido obtenido, se tritura y se le realizan tres lavados con un total de 30 ml de agua para obtener una masa homogénea y semilíquida. Después de cada lavado hay que esperar a que sedimenten las partículas más grandes; se filtran, mediante dos gasas juntas, y el sobrante se deposita en un vaso de precipitados.

A continuación, se mide el volumen total filtrado en una probeta y se añade el mismo volumen de NaCl 2M (una elevada fuerza iónica). Con ello se produce la ruptura de los núcleos de las células y se consigue que queden libres las fibras de cromatina de ADN. El siguiente paso es añadir 1-2 ml de SDS o detergente de lavavajillas y agitar suavemente. El detergente provoca la separación entre el ADN y las proteínas. A continuación, se añaden 20 ml de alcohol al 96%. Como explicaron las académicas, se ha de verter lentamente por las paredes de la probeta, lo que da lugar a la formación de dos capas. En la interfase precipitará el ADN.

Por último, se introduce una varilla de vidrio y se remueve en la misma dirección. Y voilà, sobre la varilla aparecen unas fibras blancas de ADN que son visibles a simple vista.