La cuadrilla de costaleros portando la imagen de Jesús. Foto: TONI ESCOBAR

Luminosa mañana de Domingo de Ramos en Eivissa, brillando en todo su esplendor y con un gran número de personas que se han echado a la calle para poder disfrutar y participar con los actos y procesiones de palmas, con las que se conmemora y glorifica la entrada triunfal de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén.

En las inmediaciones de la Parroquia de Sant Elm, poco antes de las 11 de la mañana, una multitud de fieles se ha ido congregando en espera del inicio de la tradicional procesión de La Borriquita, que ha contado con la participación de una multitud de niños portando palmas y ramos de olivo bendecidos, tal y como manda la tradición en este inicio de la Semana Santa.

La expectación que levanta esta procesión, en la que se traslada la imagen de Jesucristo a lomos de un pequeño pollino, desde el barrio de La Marina hasta la Parroquia de Santo Domingo, se ha hecho patente a medida que el público se ha ido arremolinando en torno al paso que portaban los hermanos de la Cofradía del Cristo del Cementerio.

Acompañados por los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de la la propia Cofradía del Cristo del Cementerio, la cuadrilla de costaleros (siete hombres y siete mujeres) siempre atentos a las órdenes del capataz Miguel Barnosi, han emprendido la marcha con lento paso, logrando así un mayor lucimiento para la sagrada imagen de Jesús. Con total devoción y entrega, han portado en sus hombros una talla que cuenta con un peso aproximado de unos 200 kilos. A este respecto, Nieves Jiménez, vicepresidenta y costalera bajo el paso de La Borriquita, ha asegurado que «para mí es todo un orgullo cargar con la imagen sagrada de Nuestro Señor Jesucristo. Llevo como costalera desde la primera vez que salimos, hace ya ocho años». Asimismo, sobre el recorrido de la procesión y la dificultad que para ellos entraña el itinerario en pendiente ascendente hacia Dalt Vila, ha explicado que «se sufre un poco durante la subida, pero se sufre con gusto. Cuando llegamos arriba, el dolor que puedas sentir por el peso ya se te ha olvidado».

De este modo, paso a paso, recreando con sentimiento y devoción la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, La Borriquita ha ido ofreciendo a todos los presentes una hermosa estampa para la vista, al quedar enmarcada su silueta al contraluz frente al Portal de ses Taules, antes de cruzar bajo las murallas de la ciudad histórica de Eivissa.

A las 11:45, la procesión apuraba sus últimos instantes, haciendo acto de presencia ante la fachada de la Parroquia de Santo Domingo, entre aplausos y vítores de los numerosos fieles que allí esperaban su llegada.

Las armoniosas notas de la marcha ‘Cristo del Cementerio’, dedicada al titular de la Cofradía, han resonado a los cuatro vientos, glorificando el verdadero comienzo de la Semana de Pasión.