El buen tiempo acompañó ayer la fiesta de primavera que tuvo lugar en Cala Llenya para conmemorar el cambio de estación. No faltaron ni el solecito ni el buen ambiente para disfrutar del rastrillo y de los mejores manjares. Los que escogieron este sitio emblemático para pasar el domingo pudieron degustar la famosa paella del restaurante Cala Llenya, así como las salchichas alemanas tradicionales.

El rastrillo, además, contó con un atractivo especial, ya que hubo música en directo a cargo de Rock’n roll meets Rumba, Berkeley Wrigth y Chacho, que pusieron el ritmo mientras los visitantes buscaban chollos de segunda mano, como ropa, zapatos, juguetes, libros, antigüedades, herramientas, vajillas o electrodomésticos.

En los cinco años de existencia de este mercadillo han pasado más de 3.500 vendedores por Cala Llenya, gracias a la variedad de puestos y al cambio semanal de vendedores, que han convertido este lugar en un atractivo imprescindible de la isla.