María, Nieves o Dolores impartieron ayer una clase magistral de cómo se preparan dos de los platos más tradicionales de la Semana Santa pitiusa.

La terraza del Llar de Eivissa, situado en el número 3 de la calle Josep Riquer Llobet de Vila, se convirtió ayer por la mañana en una improvisada cocina en la que algunas de sus usuarias dieron una clase magistral de cocina tradicional preparando una gran olla de cuinat y varios flaós, dos platos tradicionales de la Pascua pitiusa.

Las encargadas de hacerlo fueron Nieves, María o Dolores, todas ellas con muchísimos años de experiencia entre los fogones. No en vano, todas ellas recrearon las recetas que habían aprendido de sus familiares. «Yo el cuinat lo llevo haciendo casi desde pequeñita, porque era un plato que antiguamente se comía siempre para la vigilia de Jueves y Viernes Santo y yo, aunque he ido mejorando con el paso de los años, siempre aplico la receta que me enseñaron tanto mi abuela como mi madre», aseguró ayer Nieves, una de las cocineras y además presidenta del Llar d’Eivissa.

Tal vez por ello, junto a María se afanaba por ir introduciendo de la forma correcta los numerosos ingredientes que lleva este plato tradicional. «Es importante que no falte ninguno para que el cuinat esté bueno», explicaba mientras daba vueltas a la olla con una gran cuchara y los enumeraba uno a uno tirando de una memoria casi prodigiosa: bledas, verdura (colleja en castellano), guijas, hierbabuena, ajos tiernos, cebolla tierna, ñoras, ajos secos, haba pelada, sal, pimentón, pimienta negra, aceite de oliva y una guindilla.

Cuarenta años de ‘flaó’

En la misma situación se encontraba, apenas a unos metros, Dolores, una de las encargadas de preparar el flaó. Igual que sus compañeras Nieves y María, ella también es toda una experta, en este caso, en la elaboración de postres. «Yo he perdido la cuenta de los años que lo llevo haciendo porque también aprendí de mi madre, pero lo que tengo claro es que aunque incluya los mismos ingredientes en ninguna casa sale igual», aseguró la veterana cocinera mientras se afanaba para que su masa quedara lo mejor posible.

Y es que en ella está, según Dolores, el secreto de un buen flaó. «Siempre lleva queso fresco, si puede ser salado y de oveja mejor, azúcar, huevos payeses, hierbabuena ibicenca y un poco de ralladura de dos limones, pero lo que lo hace mejor o peor es su base, hecha a base de azúcar, anís, huevo y levadura, y que tiene que estar bien amasada con agua tibia hasta que no se pegue ni manche en las manos», aseguró mientras enseñaba uno de los postres ya preparados y que luego degustarían los usuarios del Llar d’Eivissa. Y es que una vez que María, Nieves o Dolores terminaron, llegó lo mejor. Probar todos los platos.