Huevos pintados por los niños.

La costumbre de esconder huevos pintados en el campo y en los jardines de las casas para hacer las delicias de los niños que los encuentran es una vieja costumbre que se inició en el norte de Europa y que ayer revivió el agroturismo Atzaró, en la carretera de Sant Joan.

Este juego simboliza la persecución de Jesús por parte de Herodes y los engaños puestos por Dios para evitar ser encontrados. En la actualidad, la tradición continúa con algunas variaciones. En Europa se mantiene la costumbre medieval de adornar los huevos con colores y, por este motivo, se tiñen y se pintan como hicieron los más pequeños en la fiesta de Pascua de Atzaró.

Los niños pintaron los huevos y los monitores los escondieron en un campo cercano al agroturismo. Sobre las 16,30 horas empezó la búsqueda de los huevos de Pascua, unos cocido y otros de rellenos de chocolate.

Una fiesta familiar en la que el hotel se llenó de puestos con sombreros pintados a mano, complementos, ropa y otros enseres artesanales. Los niños pudieron realizar talleres propios de esta época y entretenerse en el ‘magic corner’ donde un mago dejó con la boca abierta a más de uno.

Las puertas del agroturismo se abrieron a las 12,00 horas y las actividades infantiles se prolongaron desde las 13,30 hasta las 18,30 horas. Además, por el precio de 25 euros los adultos y 15 los niños, pudieron disfrutar de todas las actividades y de un menú especial consistente en tres entrantes, un plato principal a elegir y un postre casero. Mientras en el escenario los mayores pudieron disfrutar de música en directo y de la voz de la cantante ibicenca Elena Tovar con su banda Brazilian Trio, y la del Dj Howard Hill.

Desde la dirección del agroturismo, Miguel Ángel Bonet, aseguró que la fiesta de ayer tuvo muy buena acogida: «Hemos tenido muchas reservas y ha habido muy buen ambiente con la música en directo del Brazilian Trio. Además, no hay un solo niño que se haya quedado sin su huevo de chocolate», comentó.