Vuelta a la normalidad. Durante el día de ayer, la marca de cerveza procedió a desmontar el escenario de la fiesta. | Toni Escobar

El Consell d’Eivissa desmintió ayer los rumores y comentarios que durante el fin de semana han estado circulando por las principales redes sociales en los que se comentaban que la máxima institución insular había cobrado entre dos y cuatro millones de euros por autorizar el evento de la marca Heineken en la playa de s’Estanyol. En este sentido, la máxima institución insular aclaró que la fiesta se autorizó en base a la Ley de Actividades 7/2013 con «un permiso de actividad no permanente mayor» que no implicó el pago de ninguna tasa a la institución.

Futura tasa

Desde el Consell d’Eivissa destacaron, sin embargo, que tienen iniciado un proceso para establecer una tasa para la tramitación de este tipo de actividades «debido a la carga de trabajo que suponen» y se deberá incluir el destino de los fondos recaudados con esta tasa. Actualmente, este proceso se ha visto interrumpido por la entrada en vigor de la nueva Ley de Actividades, informaron desde la máxima institución insular.

El permiso que concedió el Consell d’Eivissa para hacer la fiesta contemplaba, según informaron, la obligación de que el promotor devuelva a la playa «su estado original en un plazo de dos a tres días», tal y como ya ocurrió el año pasado. Este permiso, según destacaron, no contempla la prohibición del acceso a la playa, «aunque sí había restricción para acceder con vehículo propio por motivos de seguridad». La restricción del tráfico rodado se produjo por parte del Ayuntamiento de Santa Eulària, según recordaron.

Las redes sociales también reflejaron comentarios de personas que decían que no se les permitió el acceso a la playa. Sobre esto, el Consell destacó que están a la espera de un informe de la Guardia Civil que se personó el sábado en s’Estanyol para conocer si se había producido alguna incidencia o incumplimiento de lo que se había autorizado. Tanto el Consell como el Ayuntamiento de Santa Eulària informaron ayer de que no habían recibido denuncias ni quejas.

Desde la máxima institución insular defendieron que el acto «tiene un alto interés económico y turístico por la visibilidad de la isla a nivel internacional», especialmente en el mercado holandés, uno de los que más incrementos de turistas ha experimentado en los últimos años.