Magia. Di Giacomo volvió a demostrar su habilidad para hacer que su brazo derecho fuera atravesado y cortado sin sufrir daños. | Faris Villena

Se esperaba mucho este viernes de Lucas Di Giacomo en su debut de su fiesta Into the magic del restaurante Montauk Steakhouse y el mago argentino no defraudó lo más mínimo. Es más, dejó el listón muy alto para los espectáculos que se repetirán todos los viernes en este exclusivo establecimiento situado en el Ushuaïa Tower de Platja d’en Bossa.

Tras una impresionante cena en la que algunas de las cinco ‘magic girls’ que acompañan al mago nacido en Suipacha, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, deleitaron al personal con distintos juegos y trucos, Di Giacomo demostró por qué está considerado actualmente como uno de los grandes maestros de la sorpresa, el ilusionismo y los juegos de mente. En algo más de una hora, demostró que no se le resiste ningún truco y dejó al medio centenar de asistentes con la boca abierta gracias a un espectáculo creado por él mismo tras tres meses de intenso trabajo.

Para empezar, eligió cinco personas del público a las que ofreció una baraja de cartas para que escogieran un naipe cada una, las barajaran y las volvieran a esconder. Inmediatamente se metió en la mente de cada y adivinó la escogida. Para ir calentando motores.

Después, entre imperdibles que se atravesaban y palomas saliendo de libros, llegó el turno de los números de contorsionismo e ilusionismo. Di Giacomo volvió a demostrar su gran habilidad para hacer que su brazo derecho fuera atravesado y cortado sin sufrir daños, para hacer su particular versión del origami (el arte tradicional japonés de plegar papel para componer figuras) con una de sus ayudantes y finalmente, para cortar en dos partes a una ‘magic girl’, con ayuda de dos invitados del público y dos grandes sierras.

Sin embargo, y mientras las ovaciones se hacían cada vez más intensas, lo mejor estaba por llegar. Sus dos últimos números fueron sencillamente espectaculares. Para el primero, pidió a algunos de los invitados que abrieran un sobre negro que contenía cartas del tarot para ir cortándolas, barajándolas, lanzándolas al suelo y guardando al ritmo de sus instrucciones. Finalmente, y ante la sorpresa general, consiguió que el último trozo que quedaba y el que había sido guardado, compusieran la misma carta.

Y la traca final. Durante toda la noche sobre el escenario estuvo colgado un cofre que llamó la atención de muchos de los asistentes. En poco tiempo Lucas di Giacomo demostró qué contenía. Preguntó al azar a cinco personas del público para componer un sueño, una aventura. Uno de ellos dijo que quería viajar a Tailandia, una chica que lo haría en compañía de su novio Iván, otro que cubriría el trayecto en bicicleta, un cuarto que tardaría tres meses y una última que el viaje comenzaría a las diez de la noche. Y entonces, ante la estupefacción general, abrió el cofre, sacó una tela y en ella… ¡estaba escrito todo lo que se había dicho en el restaurante hace apenas cinco minutos!

Fue el broche perfecto para una hora de espectáculo donde los asistentes al restaurante Montauk Steakhouse del Ushuaïa Tower de Platja d’en Bossa volvieron a creer en la magia de la mano de Lucas di Giacomo, un joven que en julio cumplirá 30 años, nieto de artistas de circo y digno heredero del mítico mago Óscar Keller.