La catedrática en Filosofía fue despedida ayer entre aplausos en la iglesia de Santa Cruz. | Toni Escobar

Eivissa despidió ayer entre aplausos a una de las figuras más relevantes en el mundo de la docencia y que más ha marcado a toda una generación de ibicencos. Alrededor de 200 personas se congregaron en la iglesia de Santa Cruz para dar su último adiós a la catedrática en Filosofía y poeta María de los Llanos Lozano (Madrid, 1926), que durante más de 25 años impartió clases en el Instituto Santa María y también fue directora dos años en el Instituto Sa Blanca Dona.

A la ceremonia asistieron personalidades del mundo de la cultura, la enseñanza y la política. Entre ellos, estuvo el alcalde de Vila, Rafa Ruiz; el conseller d’Economia, Gonzalo Juan Ferragut; la consejera de Estado María Luisa Cava de Llano; el alcalde de Sant Josep, Josep Marí ‘Agustinet’, o las populares Virginia Marí y Neus Marí. También asistieron numerosos profesores y gente del mundo de la cultura como Carles Fabregat, Fanny Tur o el pintor Carles Guasch.

El párroco Juan Miguel Planells fue el encargado de oficiar la misa y antes de dedicar unas palabras a Llanos Lozano reconoció sentirse «pequeño al hablar de una persona de su talla». Aseguró que era «una ibicenca por vocación», una profesora «excepcional» con una «cautivadora personalidad que dejó una huella imborrable a sus alumnos».

También hubo un momento para recordar la faceta poética de Llanos Lozano a través de la voz del poeta Julio Herranz, que recitó un fragmento de su poema Retrato.

El hijo de la catedrática, Rafael García Lozano, le dedicó las últimas palabras, en las que recordó como cuando llegaron a la isla en 1965, su madre «tardó poco en integrarse y convertirse en una ibicenca más». De hecho, concluyó su discurso recordando lo que siempre decía su madre: «Nunca podré devolver lo que la isla me dio».

La profesora, que falleció el pasado jueves a los 89 años, se jubiló en 1991. Fue concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Vila entre 1983 y 1987. En el año 2000 recibió la Medalla d’Or d’Eivissa y en 2008 el Govern le entregó el Premi Ramon Llull.