De izquierda a derecha, las matronas Ainhoa Barbacil, Ana Torres, Tina Sagardoi y el supervisor de Paritorio, Óscar Villalba.

El hospital Can Misses ha estrenado finalmente la bañera de partos que permite aliviar el dolor sin necesidad de recurrir a la epidural, utilizándose en dos partos ocurridos esta semana, el primero el día 28 y el segundo, el jueves.

Las parturientas pueden utilizar la bañera desde septiembre, aunque desde marzo están en el nuevo hospital. Hasta ahora no se ha podido utilizar ya que había que adecuar el desagüe para usar la bañera, además de que faltaban algunos elementos.

La bañera de partos se encuentra en la Unidad de Paritorio y con su uso se persigue aumentar la satisfacción de las usuarias al tener más opciones de analgesia durante el parto, así como dismunuir la mortalidad asociada al intervencionismo obstétrico, ofrecer el agua como otra alternativa para el alivio de dolor y favorecer el empoderamiento de la mujer mediante la toma de decisiones y el autocontrol.

La flotabilidad y el calor del agua pueden ayudar a las mujeres a relajarse y con ello se podrán obtener contracciones menos dolorosas y una posible reducción de tiempo en el proceso de parto. Según los profesionales, la mujer se siente con más control cuando ha experimentado la relajación en el agua, y tiene una percepción menor del dolor.

Can Misses cuenta con un protocolo de parto en el agua desarrollado por la supervisora de Paritorio en el momento de la redacción del protocolo, Ainhora Barbacil; el jefe de Ginecología y Obstetricia, Rodolfo Moreno; el matrón Hugo Sánchez y la Unidad de Calidad que contempla unos criterios de inclusión y exclusión para el uso del agua en el parto. Para acceder a esta técnicas ha de ser un embarazo de bajo riesgo, que la gestación sea a término, que exista un inicio de parto espontáneo y una progresión favorable del parto, que la decisión haya sido tomada exclusivamente por la mujer y que haya recibido información profesional anterior, preferiblemente durante la preparación al parto.

Otro de los requisitos que ha de cumplirse es la dedicación completa de una matrona durante el tiempo que la gestante se encuentre en el agua, por ello no es posible la utilización de la bañera en caso de haber más de tres partos al mismo tiempo. Entre los criterios de exclusión están que la gestación sea de riesgo, que la gestante sea menor de 16 años además de una serie de patologías que hacen incompatible el uso de la bañera.

LA NOTA

Ketty Alcívar: “Ha sido una experiencia maravillosa”

Esta semana Lola y Anastasia han venido al mundo después de que sus mamás, Ketty Alcívar, el lunes 28, e Iryna Mysyuga, ayer jueves, tomaran la decisión de utilizar por primera vez la bañera de partos. Lola pesó 3,300 kg y Anastasia 3,840 kg. Ambas se encuentran en perfecto estado. Ketty Alcívar y su pareja, Víctor Campoverde, ambos de Ecuador, se mostraban felices tras el parto. Para Ketty haber estrenado la bañera “ha sido una experiencia maravillosa”. Por su parte, Iryna, natural de Ucrania, ha destacado “la relajación y la disminución del dolor” tras su experiencia. Para Óscar Villalba, supervisor de Enfermería de Paritorio “se trata de un método de analgesia a considerar como alternativa a la epidural que además proporciona ventajas en el proceso natural de evolución del parto”. Villalba espera que cada vez más mujeres se animen a utilizar este método”. El uso de agua caliente para la relajación y disminución del dolor se introdujo en Europa en los años 70 como alternativa de analgesia durante el parto.