El Coro Parroquial de Sant Agustí nació en 1995 con apenas siete miembros, un pianista, un cura y una directora, y veinte años después es una de las formaciones con más prestigio de la isla

Hace 21 años, en octubre de 1994, el joven sacerdote Miguel Ángel Riera llegó a la parroquia de Sant Agustí. Inmediatamente reparó en que su iglesia carecía de coro para las misas por lo que se le ocurrió la idea de ponerlo en marcha. Y lo que en un principio parecía una idea descabellada porque en Eivissa no había tradición de coros parroquiales hoy es la bonita historia de una formación totalmente consolidada que acaba de cumplir 20 años de vida.

Lo cierto es que los inicios no fueron fáciles. Riera contactó con las madres de los niños que hacían la comunión en 1995 y no tuvo demasiado éxito. Apenas siete valientes se apuntaron, acompañadas de la por entonces joven profesora del colegio alemán de Sant Agustí, Charlotte Look, y el pianista Artur Prat. Juntos empezaron a ensayar canciones litúrgicas y un día, después de mucho trabajo llegó el debut. Fue un sábado, durante la celebración de una misa y el esfuerzo y las horas de ensayo merecieron la pena. Tuvo tal éxito que repitieron, todos los sábados, de forma ininterrumpida durante los siguientes diez años.

A raíz de aquello y de que en 1997 se compró un órgano para la iglesia que hizo que el coro dejara de cantar al pie del altar, provocó que la formación fuera creciendo hasta dar su primer concierto alejado de sus intervenciones en las misas de la localidad.

Charlotte Look, aquella joven profesora de alemán que desde el primer día es la directora de este coro, lo recuerda como si fuera hoy. Fue en 2004 y supuso «un gran reto» porque por primera vez se interpretaba un repertorio fuera de lo litúrgico, con obras de Bach, Franck, Gamisans, Isidor Marí, Artur Prat, Schubert, Schütz, Steuerlein, Tschaikowsky, Vives… Sin embargo y a pesar de los nervios, una vez más superaron la prueba con gran éxito.

Actuación en Italia

Dos años después, Miguel Ángel Riera, se marchó a estudiar a Roma, y algunos miembros de la formación decidieron ir a visitarle. Aquella visita fue, como recuerda Charlotte Look, hizo que por primera vez el coro cantara fuera de Eivissa, aunque fuera de manera «no oficial». «Fue muy bonito, porque sólo íbamos a visitar a Miguel Ángel pero él consiguió, no se como, que pudiéramos cantar durante una misa en una capilla de San Pedro del Vaticano, siendo sin duda uno de los momentos más especiales de nuestra historia».

Además, aquel viaje, sirvió para que la formación conociera a Monseñor Miserachs, quien después devolvió visita a Sant Agustí con su coro del Pontificio Instituto di Musica Sacra de Roma. Este fue uno de los primeros intercambios que se han ido haciendo a lo largo de estos años con formaciones de distintos lugares de Balears, de la Península e, incluso del extranjero. En este sentido, uno de los más especiales fue según Look, el viaje que realizaron a su pueblo natal en Alemania, Kleve-Donsbrüggen, y donde actuaron con la coral parroquial de St. Lambertus-Kirche, que dirige su propio hermano.

Desgraciadamente, en 2007, llegó uno de los momentos más tristes del Coro Parroquial de Sant Agustí, el fallecimiento de uno de sus creadores, el músico Artur Prat. «Fue el golpe más duro que hemos sufrido porque él era más que un simple pianista, era un amigo genial que siempre estuvo ahí, en los buenos y malos momentos», recuerda la directora, mientras se le humedecen los ojos hablando del emotivo concierto que le dedicaron y al que Prat ya no pudo asistir al estar muy enfermo.

Afortunadamente, superaron el bache y el día de Sant Agustí de 2009 el coro estrenó una misa compuesta por Vicent Ribas, de Cas Torrent. Además a raíz de aquello se hizo una grabación, cantada por la propia formación, que se distribuyó en todas las parroquias de Eivissa y Formentera.

Una muestra más de que este coro, compuesto actualmente por 37 miembros, afronta los siguientes veinte años lleno de ilusión y proyectos por cumplir. «Somos mucho más que un grupo de música, somos un grupo de amigos que comparte emociones, alegrías y en algún caso momentos duros», concluyó su directora, Charlotte Look.