Dos mujeres reflexionan sobre una de las obras que pueden verse en P|Art.

A todos nos han leído cuentos de pequeños, lo que nunca imaginaríamos es que sus historias pudieran salir de sus páginas. La galería P|Art lo ha hecho posible con ‘Érase una vez…’ una colección en la que han participado 30 artistas de varias nacionalidades. Pintura, escultura, fotografía… cualquier medio es bueno si tiene como fin el resultado de esta exposición. «Se pretendía recrear un cuento de hadas, por eso todo está enfocado a pequeños detalles que te recuerdan lo que son los cuentos», explicaba Isabel Torres parte del equipo P|Art.

Desde cuadros de los entrañables personajes, Disney como Pinocho o Dumbo, creados con una técnica experimental para su autor Miguel Ángel García López que empleó óxido para darle un tono sepia, hasta un Bosque Encantado, pasando por las princesas de Nayoung Wooh transformadas en el estilo manga de los cómics o las de Andrew Tarusov que enseñan su lado más erótico. Una perspectiva nueva para apreciar el arte y para entender que no se le pueden poner límites a la creatividad, porque cada autor, a su modo, recrea un mundo fantástico en cada una de sus obras.

Una exposición pensada por la galerista Patrizia Longarini para quien «el mundo imaginario de los cuentos infantiles nos transporta a lugares de nuestro subconsciente, haciéndonos viajar a través del espacio y del tiempo». Una gala de inauguración que tuvo como presentadora a Chelo García Cortés y donde Miguel Pallás fue el creador del cóctel que se sirvió, bocados inspirados en el tema de la exposición y creados a propósito para ambientarla.

La guinda la puso una artista italiana, Rosella Milencio, que realizó en directo una performance con arena recreando los personajes míticos de las películas Disney. «Trabajo sobre un tablero luminoso y utilizo arena de mar para hacer los diseños. La particularidad de esta técnica es que cada imagen nacen de la anterior, no se borra totalmente cada dibujo, sino que unos dan pie a los otros», un proyecto pensado exclusivamente para el evento que demostró que soñar es posible a cualquier edad.