La remodelación del puerto de Eivissa ha dado sus últimos pasos a nivel administrativo para vislumbrar su finalización, prevista para antes del año 2020.

Desde que hace poco más de un año la anterior dirección de la Autoritat Portuària de Balears presentara el proyecto para la reforma de los muelles, muchas han sido las modificaciones solicitadas por los grupos políticos municipales y por vecinos y comerciantes para ajustar sus preferencias al macroproyecto.

El acondicionamiento y mejora de los muelles sur del puerto de Eivissa, cuya primera fase finalizó el pasado 24 de mayo, continuará con la instalación de nueva jardinería y mobiliario. El siguiente paso supondrá la construcción de un nuevo edifico en es Martell y un parking semisoterrado en la avenida de Santa Eulària, a la altura del club náutico.

Puerto peatonal

Uno de los objetivos que se ha buscado en el acuerdo alcanzado el pasado 1 de diciembre entre el nuevo presidente de la APB, Joan Gual de Torrella, y el Ayuntamiento de Vila –no sin el rechazo de la oposición– es poder garantizar un paseo peatonal que vaya de muro a muro, lo que supondrá la eliminación de las vallas que separan actualmente la zona peatonal de la marítima. La prioridad del alcalde Rafa Ruiz es conseguir un puerto para la ciudad peatonal y que se pueda recorrer de punta a punta.

En la zona de es Martell, el Ayuntamiento de Vila y la APB han acordado la creación de una gran plaza pública que incorporará, en forma de anfiteatro, un edificio que sólo albergará usos portuarios ligados a la concesión de amarres que ya está otorgada.

Según las previsiones, el edificio final será muy diferente al inicialmente previsto, ya que se reducirá notablemente su impacto visual y quedará integrado en la plaza, haciendo también las funciones de mirador al mar y a Dalt Vila, y pudiendo ser utilizado para la programación de actividades culturales y lúdicas. En este sentido, en el último acuerdo se estableció que las terrazas pasarían a ser gestionadas al cien por cien por el gobierno municipal.

Estas obras, según la Autoritat Portuària, están adjudicadas y podrían estar terminadas para la próxima temporada turística. Ése el deseo de vecinos y comerciantes. No quieren que el tiempo se eche encima y aunque ya dan por perdido el puente de Semana Santa –como sucedió el pasado año con la reforma en la fachada marítima– apremian a los políticos a que reanuden cuanto antes las obras.

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Aparcamiento y críticas

En cuanto a las necesidades de aparcamiento de la zona, el compromiso adoptado es el de iniciar en 2016 la licitación para la construcción de un aparcamiento semienterrado con capacidad para unos 500 vehículos y que transcurrirá a lo largo de la avenida de Santa Eulària, en la zona comprendida entre el Club Náutico y la rotonda de entrada a la zona portuaria.
La construcción de esta infraestructura, así como la de las dos terminales, la que acogerá el tráfico de pasajeros con Formentera y la del dique de es Botafoc, están pendientes de la redacción del proyecto, pero en ambos casos, el diseño final también deberá ser fruto del acuerdo entre ambas administraciones.

Una vez se lleve a cabo el traslado de la estación marítima de Formentera, en esta zona se prevé la creación de una marina con amarres sociales y precios estables dirigida fundamentalmente a la demanda local de la gente de mar.

Los partidos PP y Epic en el Ayuntamiento se han unido para pedir la celebración de un pleno extraordinario en el que como único punto del día se contempla la revocación del acuerdo sobre el edificio de es Martell.

La petición de revocación se centra en que existen tres acuerdos de pleno que se alcanzaron en la legislatura pasada en los que se expresaba de manera unánime que en esa zona tendría que haber únicamente una plaza pública sin edificio.

LA NOTA

Críticas por el cierre del acceso y la falta de actividad

Propietarios de bares y restaurantes de la primera línea del puerto de Eivissa y calles aledañas lamentan que el Ayuntamiento y la APB no “se impliquen más” en mantener la actividad económica y social durante todo el año. Actualmente son numerosos los establecimientos de hostelería que este invierno han decidido cerrar sus puertas ante la incertidumbre de saber si continuarán las obras. A esto hay que sumar, según explican los restauradores, que se han encontrado con el inconveniente añadido de que no se permite acceder ni aparcar en la fachada marítima este invierno. “Están empobreciendo y dejando morir el puerto”, denuncian.