Ni las adicciones ni la desestructuración familiar. El principal problema de las personas que no tienen hogar en Eivissa y Formentera es, en estos momentos, la falta de viviendas asequibles. El perfil de los ‘sin techo’ ha cambiado en los últimos años. Si antes las personas que vivían en la calle solían ser hombres de entre 45 y 55 años con problemas de adicciones y sin una estructura familiar, ahora son gente cada vez más joven cuyo problema «fundamental» es no poder pagar los desorbitados precios que se pagan por la vivienda en ambas islas aunque tengan un contrato de trabajo.

Es una de las principales reflexiones que señaló Flora Aznar, Trabajadora Social de la Unidad de Emergencia Social (UES) de la Cruz Roja, quien recorre la ciudad con una furgoneta y atiende durante todo el año a personas sin hogar. Flora explicó que, hace unos años, las adicciones eran la causa que provocaba que las personas se quedaran sin casa. «Ahora ya no es el problema fundamental. Las adicciones aparecen pero, en sentido contrario, como consecuencia de vivir en la calle», añadió.

«Este verano hemos atendido a un señor que trabajaba de ayudante de cocinero en un restaurante importante. El precio que le pedían por una habitación era tan elevado que prefería dormir en un cajero para ahorrar y poder seguir pagando el piso que tenía en su lugar de origen», relató.

La trabajadora social remarcó que no se trata de «un caso único». Según dijo, «la falta de vivienda asequible hace que la gente viva en la calle y en infraviviendas, en casas compartidas sin condiciones ni ningún tipo de control sanitario» como garajes o bajos, dado que el empleo que se ofrece no permite, en muchas ocasiones, «vivir dignamente».

Más atendidos

Esta sección de la Cruz Roja ha atendido de enero a agosto de este año un total de 256 personas, lo que supone entre un 5 y un 10 por ciento más que el año pasado. «La mayor parte de estas personas vinieron en los meses de verano a buscar un trabajo, que no encontraron y acabaron durmiendo en la playa», afirmó Flora Aznar.

La UES atendía hasta este año a personas sin hogar de Vila a las que proporcionaba alimentos, kits de higiene, ropa y calzado, mantas y sacos de dormir. Ahora han decidido ampliar su ámbito de actuación a Santa Eulària, donde los ‘sin techo’ se ubican de manera más dispersa e incluso existen asentamientos de personas que viven en algunas calas.

La Unidad de Emergencia Social recorre la ciudad de Eivissa todos los lunes, miércoles y viernes desde las 21 horas hasta la medianoche, aunque en los meses más fríos lo hacen de lunes a viernes. En el caso de Santa Eulària, de momento solo salen un dia para atender las necesidades de los ‘sin techo’ y ofrecerles sopa caliente los sábados por la mañana dado que el comedor social cierra los fines de semana.

La otra cara de la moneda son las personas que han dejado de atender. Este año, un total de 29 han dejado de vivir en la calle gracias a la ayuda de Cruz Roja, que les ha ayudado a ponerse en contacto con su familia o incluso les han comprado un billete de regreso a sus lugares de origen.

Convenio con La Caixa

La Fundación de La Caixa y Cruz Roja de Eivissa y Formentera firmaron ayer un convenio a través del cual la entidad bancaria hace una aportación de 18.000 euros. Según señaló la directora de La Caixa en las Pitiüses, Belén Villalonga, la entidad ha decidido volcarse en este proyecto por la «necesidad» de ayudar a las personas que no tienen una casa. La Caixa ha aportado además 3.000 euros para una ducha que se ha construido en la sede de la Cruz Roja de la Avenida España y que, según dijo el presidente de la organización, Enrique Climent, tiene en la actualidad «overbooking» por la gran demanda que tiene. El baño es de fácil acceso y dispone de un apoyabrazos y un asiento de piedra para facilitar la ducha.

Climent explicó además que Cruz Roja habilitará de nuevo este año 12 camas en el Casal Jove de Vila en los días en los que haya una ola de frío. El año pasado, según dijo, «se organizó muy rápido, no hubo suficiente información y solo vinieron tres personas a las que finalmente se optó por pagarles un hostal».

El presidente de la Cruz Roja en las Pitiüses explica que una gran parte de las personas que no tienen casa «no quieren perder la libertad de poder hacer lo que quieren durante el día». Lo que hace la UES es detectar a las personas con problemas, proporcionarles lo necesario para sobrevivir e intentar introducirlos en la red social, pidiéndoles cita para los servicios sociales e incluso acompañándoles.