Las Platges de Compte, a diferencia de Cala Bassa o Ses Salines, carecen de regulación en materia de estacionamientos.

Aunque el Ayuntamiento de Sant Josep ha mostrado su predisposición a dialogar con el Consell d’Eivissa para aliviar la masificación en los aparcamientos de sus principales playas, una regulación a tal efecto no estará lista para la próxima temporada turística.

El Consistorio aún no ha puesto en marcha un plan de gestión para limitar el aparcamiento de vehículos en zonas del Área Natural de Especial Interés (ANEI) como son Platges de Comte o Cala Jondal, y todavía no ha recibido notificación alguna desde el departamento de Medi Ambient para sentarse a planificar medidas que eviten la masificación que sufren dichos espacios naturales durante los meses de verano.

A pesar de que el alcalde del municipio, Josep Marí Ribas Agustinet, anunció el pasado mes de julio su voluntad de recuperar el plan de gestión de zonas ANEI elaborado durante el anterior período progresista (2007 y 2011), el tiempo se echa encima con la propuesta aún en el cajón. «Por nuestra parte, no hemos recibido ninguna comunicación al respecto por parte del Consell, así que no tenemos ninguna planificación ni propuesta. En el caso de que el Consell quiera reunirse con los ayuntamientos para hablar del tema, por supuesto que estaremos encantados de colaborar y tratar las posibilidades que plantee», sostienen fuentes oficiales del equipo de gobierno de Sant Josep.

Zonas delicadas

El conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad, expresó el pasado 30 de diciembre en este periódico su deseo de que los ayuntamientos de la isla, quienes tienen competencias en materia de movilidad, regulen los aparcamientos de las playas que sufren una mayor masificación en verano. «Ahora existe una clara falta de ordenación: los restaurantes llegan a acuerdos con los propietarios de los terrenos para que la gente pueda aparcar, por lo que creemos importante que estén regulados, sobre todo en lugares delicados medioambientalmente y que están en zonas ANEI, como en Cala Jondal», señaló entonces el conseller de Guanyem, quien al mismo tiempo alertó del peligro de incendios por la acumulación de vehículos en zonas como Benirràs o Cala Salada «porque no se limita la circulación».

A pesar de que en el plan de gestión elaborado por el Ayuntamiento de Sant Josep hace dos legislaturas se recogían para su protección las dunas y los endemismos de estos espacios de especial interés, y se advertía del riesgo de carga en las playas y los aparcamientos, su regulación a día de hoy continúa en punto muerto.


LA NOTA

Sant Antoni propone lanzaderas a Cala Salada

El Ayuntamiento de Sant Antoni, por su parte, es partidario de regular la ocupación de Cala Salada y, de hecho, el año pasado ya se llevaron a cabo diferentes medidas para controlar el acceso y el aparcamiento. Se reforzó la señalización vertical, se delimitaron los caminos con piedras para evitar que los vehículos estacionaran dentro de las zonas boscosas y durante los meses más fuertes de la temporada turística se reguló el acceso con la ayuda de algunos jóvenes que cumplían servicios a la comunidad.

También se abordó este tema en una reunión de la FELIB a finales de año y Sant Antoni ya manifestó que no es partidario de aumentar la superfície de aparcamiento en el caso de Cala Salada, sino de adecentar el ya existente y regular el acceso ofreciendo un servicio de transporte mediante lanzaderas.

En octubre se mantuvo desde la concejalía de Medio Ambiente una reunión con la conselleria de Territorio del Consell y se acordó que a principios de este año el Consell tendría lista una propuesta para Cala Salada.

LA NOTA

Sant Antoni propone lanzaderas a Cala Salada

El Ayuntamiento de Sant Antoni, por su parte, es partidario de regular la ocupación de Cala Salada y, de hecho, el año pasado ya se llevaron a cabo diferentes medidas para controlar el acceso y el aparcamiento. Se reforzó la señalización vertical, se delimitaron los caminos con piedras para evitar que los vehículos estacionaran dentro de las zonas boscosas y durante los meses más fuertes de la temporada turística se reguló el acceso con la ayuda de algunos jóvenes que cumplían servicios a la comunidad.

También se abordó este tema en una reunión de la FELIB a finales de año y Sant Antoni ya manifestó que no es partidario de aumentar la superfície de aparcamiento en el caso de Cala Salada, sino de adecentar el ya existente y regular el acceso ofreciendo un servicio de transporte mediante lanzaderas.

En octubre se mantuvo desde la concejalía de Medio Ambiente una reunión con la conselleria de Territorio del Consell y se acordó que a principios de este año el Consell tendría lista una propuesta para Cala Salada.