La finca ecológica de Can Toni d’en Jaume Negre alberga un banco de higueras que dispone de dos árboles por cada una de las 20 variedades existentes en las Pitiüses, según informaron desde el GEN-GOB Eivissa, organización que gestiona desde 2011 estos terrenos que estaban abandonados y que se habían convertido parcialmente en bosques.

Asimismo, se ha comenzado el mismo proceso con olivos y vides y se prevé poner en marcha los primeros huertos donde se plantarán variedades locales de tomate, pimiento o legumbres.

Por otra parte, los responsables del cuidado de esta finca han colocado nidos artificiales y cajas refugio para murciélagos. Uno de los propósitos de este proyecto es la protección de especies amenazadas y, por este motivo, se ha habilitado un espacio para la reproducción en cautividad de la tortuga mediterránea y se construirán balsas artificiales para la recuperación del sapo balear, que está casi extinguido en la isla. Asimismo, pretenten recuperar las razas autóctonas y, de momento, ya crían gallinas ibicencas.

Este proyecto también pretende dar difusión a las buenas prácticas ambientales como los sistemas de captación de agua por lluvia, por gravedad o mediante sistema de goteo.