Dos jóvenes portando jarras de bebida en plena calle del casco urbano de Sant Antoni.

La concejala de Gobernación de Sant Antoni, Aída Alcaraz, quiso matizar ayer las declaraciones que realizó el lunes en IB3 Ràdio, donde anunció que el equipo de gobierno tiene previsto prohibir el consumo de todo tipo de bebidas en la vía pública mediante una modificación de la ordenanza cívica. Alcaraz explicó que el hecho de vaciar la copa en una vaso de plástico a la salida de un local de ocio «nos supone un problema y nos costaba mucho controlarlo, además de la suciedad que genera».

Alcaraz apuntó que la intención del tripartito que ahora gobierna en Sant Antoni es «reducir estas actividades y las situaciones que generaban». Entre ellas se encuentra el botellón, que se da «por la noche y a primera hora de la mañana», según la concejala de Gobernación portmanyí.

Por otro lado, Alcaraz señaló que el equipo de gobierno está estudiando la manera para disminuir la suciedad provocada por los usuarios de comida para llevar. El tripartito pretende llevar a pleno la modificación de la ordenanza cívica antes de que empiece la temporada turística. Alcaraz aseguró que el Partido Popular tendrá ocasión de dar su opinión sobre este asunto en las comisiones que se celebrarán antes de cada sesión plenaria.

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El tripartito ya ha prohibido la venta de alcohol en los supermercados y bodegas desde la medianoche hasta las 8 de la mañana. Además, la policía local de Sant Antoni podrá llevar a cabo las labores de control de esta actividad que hasta el momento llevaba a cabo el Govern balear.

Otra de las medidas anunciadas por el equipo de gobierno de Sant Antoni es la prohibición de los tiqueteros y pasacalles comerciales durante 2016, ya que el equipo de gobierno ha suspendido las licencias para esta actividad conocida como publicidad dinámica con el objetivo de aprobar una ordenanza reguladora en la que ya trabaja el departamento de actividades.

Para el equipo de gobierno tripartito, este tipo de publicidad que se desarrolla en espacios públicos, se ha utilizado «con profusión en el municipio y causa impactos negativos como la incidencia en el medio ambiente, en el derecho de los ciudadanos a circular libremente y en la imagen turística dañada por el constante acoso de los agentes publicitarios».