Once días. Es el tiempo que ha durado intacto el sellado de hormigón en un par de casas de Sa Penya, según denunció ayer a última hora de la tarde el movimiento ciudadano EPIC a través de un comunicado y las fotos de dos puertas picadas.

Según informó minutos después el concejal de Patrimoni, Pep Tur, el primer intento de ocupación se registró el jueves en los números 5 y 7 de la calle Alt, en dos viviendas que no pertenecen a la recientemente desalojada UA27 y que no son de propiedad municipal.

Las patrullas policiales que vigilan el barrio detectaron la ocupación y, al pedirles alguna identificación, las personas que estaban dentro les mostraron un hipotético contrato de alquiler que resultó ser falso.

La policía pudo localizar a la propietaria de la casa, que reside fuera de Eivissa, y ella dio su permiso para poder desalojar a estas personas y tapiar las entradas a la vivienda. Un trámite que pudieron hacer al no haber pasado todavía las 24 horas preceptivas para poder desalojar sin orden judicial.

Apenas 24 horas después, el segundo de los intentos se produjo ayer mismo en la calle Retir, número 4, en una de las viviendas municipales que se desalojaron la pasada semana aunque, en este caso, no se llegó a habitar. Una patrulla alertó de los desperfectos que presentaba las tapias de una de las casas, con una apertura en su parte de unos 40 centímetros. En otra puerta, el trabajo de alguna piqueta había hecho más mella y la puerta presentaba un apertura aprovechando el marco.

Tras las comprobaciones de los daños por parte de un técnico municipal, ayer mismo se procedió a cubrir la puerta con cemento y hoy la brigada de obras regresará a esa vivienda para comprobar que continúa sellada y, en caso contrario, volver a tapiarla.

El concejal de Patrimoni aseguró que, a pesar de estar en plena feria medieval, la Policía Local, en colaboración con la Nacional, han conseguido parar los dos intentos de ocupación.

Tur recordó que los desalojos de la UA27 fueron «solo un primer paso» y que, por ese motivo, «no levantaremos el ojo del barrio». «No vamos a permitir que las casas se vuelvan a ocupar. Somos muy pacientes y no pararemos», añadió.

La vigilancia en el barrio, según señaló, será constante en los próximos meses aunque pidió la colaboración de los ciudadanos para que llamen a la policía en el momento en que detecten una posible ocupación.

Anastasio García, uno de los vecinos desalojados en la calle Retir, señaló al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que esos intentos de entrar en las casas «son absurdos porque las casas están llenas de escombros. Ahora allí no se puede vivir y no creo que lo haya hecho alguno de los desalojados».

Este afectado por los desalojos de la UA27 apuntó que se encontraba con su familia en un hostal de Vila y que no entendía estos hechos. «Estas cosas no hacen más que perjudicarnos porque nadie en su juicio vuelve a esas casas tal y como las han dejado. La mayoría tenemos niños y ver el estado en que han quedado las casas no es nada bueno para los pequeños».