Mónica Arias Calbet, tiene 36 años, síndrome de Down, y desde hace 18 es posiblemente la sonrisa más grande que hay en el mundo de la música ibicenca. Y es que parece difícil encontrar una persona más feliz que esta ibicenca quetoca el tambor al tiempo que aumenta su nómina de amigos allá por donde va.

Sin embargo, no todo en su vida ha sido sencillo. Como es lógico, cuando nació, su madre, Mercedes Calbet Escandell, tuvo miedo y dudas. Después, con el paso del tiempo y mientras la pequeña estudiaba primero en Sa Graduada y después en el colegio Poeta Villangómez, se dió cuenta de que tenía con ella una joya repleta de sentido del humor y desparpajo. Sin embargo, la confirmación definitiva llegó cuando entró en la Banda del Cristo Yacente y su profesor, Paco, le animó a que tocara el tambor. Al principio, pocos pensaban que aquella experiencia pudiera durar pero ahora, casi veinte años después, se ha convertido en toda una experta que no pierde nunca el compás.
Algo que también se debe a varios factores. Por un lado a que su madre, Mercedes, también estuvo relacionada con la música ibicenca cantando en la desaparecida rondalla La afición y en la única tuna que había en Ibiza, correspondiente al instituto Santa Maríaa. Y por otro, al trabajo, la insistencia y el cariño que siempre le ha dedicado Vicente Nadal, presidente de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Cautivo, la segunda formación en la que milita Mónica a sus 36 años.

Allí se ha convertido en una más siendo incluso, como su madre asegura con cariño, «una loca que sólo falta a los ensayos de los martes y los jueves en el local anexo que tiene la banda en la iglesia de Santa Creu si está muy enferma». No en vano, Mónica asegura que son mucho más que amigos, «son como una familia para mí». «Me encanta todo lo que hago con ellos, tocar el tambor, ir a las fiestas de los pueblos, bañarme en la playa, hacer excursiones, las torradas y hacer viajes como uno que hicimos a Palma», resume la protagonista con su casi permanente sonrisa.

Y mientras sigue disfrutando Mónica tiene un sueño. «Me encantaría poder tocar con alguno de mis ídolos, David Bisbal, Bustamante, Manu Tenorio, Sergio Dalma o Alejandro Sanz». Un sueño que viéndola en su día a día, quizá no esté tan lejano.