El proyecto de control y vigilancia del acceso a Cala Salada que empezó el pasado 1 de junio acaba hoy, así como el transporte público para llegar a esta playa, según informó ayer el Ayuntamiento de Sant Josep. «Después de haber sido alargado durante 15 días por la afluencia de usuarios, este proyecto finaliza y se abre un periodo de valoraciones durante el cual el Ayuntamiento tiene previsto mantener reuniones con los vecinos de la zona, así como con los diferentes colectivos que han participado con tal de evaluar el funcionamiento de este año e incorporar mejoras para 2017 ya que se prevé que se vuelva a regular el tráfico a partir de junio del año que viene», explicó el Consistorio a través de un comunicado. Esta iniciativa fue un proyecto piloto para descongestionar la zona de coches para que así pudieran acceder sin dificultades los vehículos de emergencias. La medida, no obstante, trasladó los coches de abajo a la zona de arriba, por el camino de Punta Galera, lo que generó el malestar de los vecinos de la zona, que se quejaban de las largas colas para salir y poder acceder a sus casas. De cara al año que viene, otros municipios, como Sant Joan y Sant Josep, han afirmado que limitarán el tráfico a las playas más concurridas.