Hijo de una familia de propietarios rurales del pla de ses Salines, Vicent Serra Orvay Margalits ingresó con doce años en el Seminari Conciliar d’Eivissa, donde pronto empezó a destacar por su extraordinario talento. Todavía era alumno de filosofía cuando empezó a impartir clases de matemáticas, física y química.

Con solo 22 años fue ordenado sacerdote y, después de obtener una canonjía en la Catedral de Ibiza, en 1898 fue nombrado rector del Seminario y elegido vicario capitular, máxima autoridad religiosa que ocupó durante siete años en los que luchó por la restauración del Obispado que no llegó hasta 1927.

Sin embargo, dejando de lado su papel como eclesiástico, Vicent Serra dedicó el resto de su vida a la investigación, a la docencia y a la lectura. El sacerdote ha pasado a la historia por su contribución a la defensa del catalán en Ibiza, que inició a raíz de su amistad de otro religioso, el mallorquín Antoni Maria Alcover, quien descubrió de su mano la riqueza del vocabulario ibicenco. Cautivado por sus ideas, Serra i Orvay se convirtió en el enlace de Alcover para estudiar la situación de la lengua catalana en las Pitiusas y contribuyó en la elaboración de la obra magna del mallorquín: el Diccionari Català Valencià Balear.

Serra se fue haciendo una autoridad lingüística y, en 1906, asistió al Primer Congrés de la Llengua Catalana para, por primera vez, dar a conocer el habla de Ibiza yFormentera ante casi 4.000 personas del mundo científico.

El sacerdote señaló algunos prejuicios de los ibicencos ante la lengua catalana que les hacía renunciar a hablarla, cuestión que ilustró con la gran cantidad de castellanismos que se habían introducido en Vila para llegar a la conclusión de que la lengua en las islas estaba «enferma».

Para recoger la información necesaria para el Diccionari, Serra creó en el Seminari un Centre d’Acció Lexicogràfica que se encargó de recoger todo el vocabulario relacionado con las artes y oficios de Ibiza y Formentera.

Aparte de la calle que lleva su nombre en Vila, el Ayuntamiento de Sant Josep quiso reconocer la labor de su ilustre vecino en 2009, declarando ‘Any Vicent Serra Orvay’ en conmemoración de la visita que hizo a la localidad junto a Antonio Maria Alcover. Dos años después, la biblioteca de Sant Jordi de ses Salines fue bautizada con su nombre.

Vicent Serra i Orvay murió en 1952 a los 83 años de edad en su habitación de siempre en el Seminario como consecuencia de una enfermedad que le minó la salud en sus últimos años de vida.

La afición por la astronomía de un sabio matemático

A pesar de que la lengua catalana y las matemáticas fueron sus primeras grandes pasiones, Vicent Serra empezó a aficionarse a la astronomía hasta tal punto que llegó a ser uno de sus campos de estudio preferidos. Tenía más de 30 años cuando, por curiosidad, encargó un pequeño volumen de astronomía escrito en francés. Según relataba él mismo, al entrar en contacto con esas páginas vio con sorpresa que eso estaba hecho para él y no dudó en buscar a quien le pudiera introducir en este campo.

A partir de ese momento, publicó varios artículos sobre el tema en la revista Urania de la Sociedad Astronómica de España y América. El presidente de esta sociedad publicó un artículo a la muerte del sacerdote titulado ‘A la memoria de un sabio’ en el que destacaba que Serra llegó a calcular, por procedimientos nuevos, el número de electrones que contiene el Universo obteniendo, después de una cantidad ingente de fórmulas matemáticas, resultados que coincidían con los obtenidos por el prestigioso astrofísico británico sir Artur Eddington.