La sal de Ibiza, aquel tesoro blanco que perdura tras siglos y siglos. Antiguamente, la industria más importante de la isla no fue otra que la extracción de sal. Este proceso nació con los fenicios, pasando por los cartagineses, romanos, musulmanes y catalanes. Este condimento sigue siendo a día de hoy un producto de suma importancia para los alimentos e Ibiza es un punto estratégico de elaboración salinera.

Alrededor de cien vecinos de la mayor de las Pitiusas pudieron disfrutar de una jornada que recordarán para siempre. La sal de Ibiza tuvo ayer su I Feria de la Sal, en la que los asistentes pudieron recorrer los puntos clave sobre la elaboración y conservación del oro ibicenco. La visita guiada partió de la era del antic munt de sal des pantà. En dicho lugar se llevó a cabo una hoguera, que tuvieron el placer de prender tanto Vicent Torres, presidente del Consell de Eivissa, y Josep Marí ‘Agustinet’, alcalde de Sant Josep, para representar el sistema antiguo para avisar a los grupos de trabajadores de los pueblos.

Años atrás para recoger las cargas se encendían hogueras en diferentes zonas de las montañas de las salinas, como era el caso de na Gorra. De esta manera, las señales de humo eran una rudimentaria herramienta para indicar el número de personas que se necesitaban en ese momento para trabajar. Ayer el fuego también sirvió para avisar, pero esta vez no para trabajar sino para disfrutar de esta riqueza de Ibiza que perdura a través del tiempo.

En caso de ataque a los habitantes y trabajadores de la salinera, los ibicencos levantaron la Torre de sa Sal Rossa. Los visitantes también pudieron contemplar y recordar la historia de este lugar mediante una representación teatral que mostró la función protectora que tenía esta torre. Acto seguido, los cientos de vecinos de la isla acudieron a la Nau Salinera, donde se llevó a cabo una proyección audiovisual sobre ses Salines explicada por Pep Carabassó, antiguo trabajador de la Salinera, y una Conferencia histórica ‘Temps de Sal’, de Antoni Ferrer Abarzuza.

Tras no perderse un detalle de las proyecciones, Vicent Tur, de 73 años y del municipio de Sant Josep, explicó a las puertas de la Nau Salinera que le sirvió para rememorar aquellos recuerdos cuando era joven y veía trabajar a sus padres. «El trabajo en la salinera era muy duro», comentó Tur tras añadir que le encantó la charla ofrecida por Pep Carabassó. Con la misma impresión sobre la conferencia de Carabassó acerca del proceso de extracción de sal se marchó Toni Boned, vecino de Santa Gertrudis. «Habría que hacer más ferias porque son muy interesantes», señaló Boned.

La ruta continuó por otros puntos clave como el Centre de Interpretació, la collita de sal en los estanys de ses Salines y en el Pou des Carbó.

Lo cierto es que los vecinos que acudieron a la primera feria de la sal disfrutaron de lo lindo y apreciaron el auténtico valor de la Salinera de Ibiza.

EL DETALLE

"Esperemos que este entorno nos dé un valor como lugar de naturaleza"

El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Torres, explicó antes de emprender el recorrido en la I Feria de la Sal que todo aquel que haya pasado por este entorno natural ha tenido un pasado o presente en este lugar. «Entre todos tenemos que velar para que en un futuro estos entornos naturales nos puedan dar un valor especial como destinación turística y como lugar de que preserva la naturaleza», dejó claro Torres tras añadir que espera que este sea el primer paso de muchos más sobre la importancia de la sal de Ibiza.

Por su parte, Josep Marí ‘Agustinet’ destacó que con estas ferias los vecinos podrán aprender el valor y la historia de la sal. «Estoy seguro de que esta feria será la primera pero no la última», se mostró contento el propio alcalde tras añadir que este tipo de eventos producen una satisfacción muy grande.