Dos pasarelas para peatones, un paso para viandantes señalizado y regulado por semáforos, cuatro carriles que cruzan decenas de personas cada día de forma irregular y temeraria. Es la imagen que se repite a diario en los 500 metros de la avenida de la Pau.

«A primera hora del día la mayoría de la gente pasa por el paso de cebra, pero según va avanzando el día ves que son mayoría la gente que cruza atravesando los setos, en lugar de hacerlo por alguno de los puntos habilitados para ello», apunta Roberto, un vecino de la zona, quien ya ha visto más de un atropello grave en el tramo localizado entre las rotondas de Can Misses y ses Figueretes.

El primer cinturón de ronda de Vila se ha convertido en una trampa para peatones, pero sobretodo para los conductores. «Hay que ir con mil ojos porque hay gente que irrumpe desde detrás de los setos sin mirar», señaló Daniel, vecino de Sant Jordi que circula por la zona hasta cuatro veces al día.

Temeridad

Los vecinos apuntan que la mayoría son gente de mediana edad, pero también se observa a niños o personas mayores con movilidad reducida cruzando de forma indebida.

Paradójicamente, son muchos los que cruzan de forma irregular en el entorno de la pasarela situada junto a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Vila.

El tránsito por la zona acaba provocando atropellos o colisiones por alcance entre vehículos que aminoran su velocidad por la presencia de algún peatón, señalaron la mayoría de los vecinos consultados.

Asimismo, denuncian que los coches tampoco respetan los límites de 50 y 40 kilómetros por hora.

Las proximidades de las rotondas son los puntos donde más atropellos o choques se registran y la presencia de peatones cruzando de forma irregular se prolonga hasta la rotonda de Juan XXIII, teniendo continuación en la avenida de Sant Joan.

LA NOTA

Consell d’Eivissa y Ayuntamiento de Vila ultiman la cesión de la carretera

En septiembre del año pasado, Vicent Torres y Rafa Ruiz anunciaron que el Consell d’Eivissa y el Ayuntamiento de Vila retomaban el proyecto de convertir el primer cinturón de ronda (E-10) en una avenida más de la ciudad. Sin embargo, todavía se desconocen los pormenores de la cesión de esta vía al Ayuntamiento ni cuánto dinero destinará el Consell a su remodelación. Este proyecto data de 2009, cuando los socialistas Xico Tarrés y Lurdes Costa presidían ambas instituciones. Una actuación que prevé, a largo plazo, la remodelación de esta carretera desde la rotonda de Can Sifre hasta la avenida de Sant Joan de Labritja y que estaba presupuestado en 23 millones de euros. Según los bocetos presentados en su momento, la primera fase del proyecto incluye la creación de aceras a cada lado de la calzada y la implantación de un paseo central de 14 metros de ancho para peatones, un carril bici y aparcamientos laterales.