Imagen del albergue pirata de Sant Antoni en el que viven más de 100 personas. Fotos: MARCELO SASTRE

La degeneración moral en la que nuestra sociedad está inmersa nos ha presentado dos magníficos ejemplos paradigmáticos esta semana, donde se nos debería caer la cara de vergüenza por lo aberrante de la situación y el alma al suelo si una sociedad democrática y avanzada no es capaz de ponerle solución de inmediato. Por un lado, la huelga de las trabajadoras de limpieza del Aeropuerto de Ibiza y por el otro lado, la desvergüenza hecha carne del dueño del chalé patera de Sant Antoni que aloja ilegalmente a más de 100 inquilinos en condiciones deplorables, pese a lo cual se califica como un “cabeza de turco”. Vamos, como Donald Trump en su perfil de Twitter.

• Medalla de oro.

Propongo que para la edición de 2018 se comience a estudiar la posibilidad de otorgar la Medalla de Oro del Consell d’Eivissa a Agustín Sales, nombre del indeseable que ha compartimentado un chalé de 900 metros cuadrados en Sant Antoni, para transformarlo en un “albergue” ilegal donde aloja a trabajadores de temporada alquilando las camas a 350 o 400 euros al mes, dependiendo con cuántos más se deba compartir la habitación. Este sujeto es un crack porque al ser pillado, le echa morro al asunto y dice no ver nada malo en ello. Igualito que el otro degenerado que descubrimos alquilando furgonetas como viviendas en Airbnb, que tampoco veía nada censurable en su asqueroso negocio. Agustín reconoce que “no se puede hacer un albergue o un hostel porque no se permite. Lo estuve mirando y no se puede”. Razón por la cual él lo ha hecho y se queda más ancho que pancho.

Ya hemos comentado algún otro domingo la corrupción moral que encierra el asunto de la vivienda en las Pitiusas y si las administraciones no son capaces de hacer algo en casos tan aberrantes por desmesurados, entonces habrá que asumir el viejo dicho: “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Si no pueden cerrarle el chiringuito, entonces debe ser incluido en el cuadro de honor a la excelencia en el emprendimiento. Medalla de Oro del Consell y si es posible, premio Posidonia de la Cámara de Comercio. No hay otra. Porque es oyendo las declaraciones de nuestras autoridades municipales e insulares como uno se convence de que todo lo que pasa en esta tierra es por nuestra culpa. Si Ibiza entera con su Consell Insular al frente, se movilizó para impedir por todos los medios, legales e ilegales y con amenazas nada veladas, que un programa de la cadena de televisión MTV como ‘Ibiza Shore’, fuera grabado aquí para no perjudicar nuestra imagen turística, ¿qué hay que hacer ante un caso como el que protagoniza Agustín Sales y que tan excelente promoción nos ha proporcionado?

En este caso, por lo que se ve, las diferentes administraciones manifiestan que algo hay que hacer, por supuesto, pero que lo haga otro. Y aquí no hay llamamientos a que las empresas no provean al propietario del chalé patera de nada de lo necesario; ni amenazas de visitas de los inspectores turísticos, que no sé por qué aún no se han presentado en el hotel de los horrores, a decir de los testimonios de no pocos inquilinos. En este caso, mejor cerrar el Consell d’Eivissa y todo esto que nos ahorramos, a parte del bochorno de ver a nuestros líderes políticos espantarse las moscas.

• Usted perdone.

Al final y oyendo al concejal de Urbanismo de Sant Antoni, Juanjo Ferrer, poco se puede hacer y lo mejor será pedirle disculpas al propietario del chalé-hostal-albergue ilegal. Usted perdone si le hemos molestado, porque a ver, hay que estudiar el caso y ya veremos lo que hacemos, que seremos muy contundentes, pero es que el vacío legal ahí está, y bueno, si hace falta se precintará, pero claro, no vamos a dejar a los inquilinos en la calle. Y de este modo tan sincero, que nunca hemos de agradecer lo suficiente, sepan todos los vecinos de Sant Antoni que en cualquier inmueble del municipio, el que sea tan canalla y tan desalmado como para hacerlo, puede, con la anuencia municipal, meter a tantos seres humanos como quepan apilados unos junto a otros y, encima, grabarlos en vídeo. Y quédese tranquilo que no le pasará nada. Así están las cosas.

• AENA da pena.

Pero no puedo dejar de mencionar a las 30 trabajadoras de KLE del Aeropuerto de Ibiza, obligadas a ponerse en huelga para que AENA busque una solución a su drama. Uno vive sabiendo que hay seres crueles e inhumanos, capaces de hacer cosas horribles y de causar daño a otras personas sin que ello les genere el menor remordimiento. Otras miran para otro lado mientras eso sucede. Lo que es más difícil de aceptar es que un ente público (ahora semipúblico) como AENA, que ingresa una millonada cada año y en cuyas cuentas bancarias el dinero rebosa, consienta que la principal puerta de entrada a la isla esté ahora mismo como el vertedero de Ca na Putxa, por 100.000 asquerosos euros que es lo que KLE debe a las limpiadoras en salarios impagados. Da ganas de vomitar. El aeropuerto y AENA, a partes iguales.

Pasen un feliz domingo.