Por tercer año consecutivo, el alcalde de Vila, Rafa Ruiz no asistió a la eucaristía. | Youtube: Periódico de Ibiza y Formentera

La ausencia del discurso institucional marcó la celebración ayer del Vuit d’Agost. Los problemas de salud del presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Torres, a raíz del ictus que sufrió a principios del pasado mes de julio, provocaron que desde la máxima institución insular suspendieran el tradicional alegato reivindicativo. «Es una decisión que han tomado desde Presidencia y Protocolo y que nosotros respetamos», apuntó ayer la vicepresidenta primera, Viviana de Sans.

La podemita, no obstante, aseguró ante los medios de comunicación que la sociedad ibicenca debe «reflexionar conjuntamente y poner por delante de todo la necesidad de garantizar nuestro paisaje y territorio y compatibilizar la fuente de riqueza, que es el turismo, con la convivencia de todos los ciudadanos de la isla».

Una petición a la que también se sumó la vicepresidenta segunda, Marta Díaz: «El mensaje que todos tenemos en la cabeza es el tener una isla más sostenible, combinando el turismo con el descanso de los vecinos. Vivimos del turismo pero la isla tiene que ser cómoda para los vecinos que viven todo el año».

Quien fue más allá fue el portavoz del PP en la máxima institución insular, Mariano Juan, que reclamó la realización «de las carreteras pendientes, que nos hacen mucha falta», y señaló que Viviana de Sans podría haber pronunciado el discurso institucional.

Ante la inexistencia de discurso institucional el centro de atención lo acaparó la polémica entre el obispo y el alcalde de Vila, que por tercer año consecutivo no acudió a misa. A diferencia del día de Santa Maria, en esta ocasión Vicente Juan Segura no reprochó a ningún político su ausencia ni quiso tirar más leña al fuego después de que Rafa Ruiz le acusara de no mirarle a la cara cuando se estrecharon las manos en la entrega de las Medallas d’Or. Ayer, ni se saludaron.

Como ya es habitual en esta legislatura, el alcalde de Vila esperó en la puerta de Can Botino a la procesión que bajaba de la catedral para unirse a los actos del Vuit d’Agost. Al lado de Ruiz estuvieron los tenientes de alcalde Joan Ribas, Alfonso Molina y Elena López, además de la diputada socialista Sofía Hernanz. «Creo que es un error y que podría participar porque no tiene nada que ver en que sea creyente o no. Es el alcalde de todos y si yo fuese él iría, pero es respetable que no vaya», aseguró Mariano Juan sobre la polémica.

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En cambio, Ruiz sí participó en el breve homenaje a Guillem de Montgrí y depositó la corona de laurel junto a la réplica del sepulcro del conquistador de Ibiza con la ayuda de Viviana de Sans, que como también es habitual entre los miembros de Podemos, tampoco acudió a la misa en la catedral y esperó a la comitiva bajo el porche del ayuntamiento viejo junto a los consellers David Ribas y Lydia Jurado, el coordinador de Mobilitat, Gianandrea di Terlizzi, y la directora insular Gloria Santiago.

Lo que no se perdieron ni podemitas ni socialistas ni populares fue el aperitivo que se sirvió en el claustro del antiguo Convento de los Dominicos después de la exhibición de ball pagès que llevaron a cabo una representación de las agrupaciones que forman la Federació de Colles.

Entre las autoridades que ayer asistieron a los actos de Sant Ciriac estaban las conselleres de Presidència y Cultura, Pilar Costa y Fanny Tur, los alcaldes de Santa Eulària, Sant Josep y Sant Joan, los diputados en el Congreso José Vicente Marí Bosó y Sofía Hernanz, el senador por las Pitiusas, Santi Marí, los diputados autonómicos Enric Casanova, Silvia Limones, María José Ribas, Sara Ramón y Miquel Jerez.

LA NOTA

El obispo pide que las Pitiusas den una «digna imagen»

En su homilía del día de Sant Ciriac, el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, recordó la figura caritativa del santo patrón de Ibiza y reclamó que las Pitiusas ofrezcan «una digna imagen a aquellos que nos visitan». En este sentido, pidió a las autoridades que «velen por la buena fama, el desarrollo sostenible y los principios éticos y morales». Juan Segura recordó que el 8 de agosto de 1235 «un grupo de conquistadores» devolvió el Cristianismo a las Pitiusas con la conquista de las islas por parte de las tropas comandadas por Guillem de Montgrí.