Imagen de archivo de una ambulancia en Ibiza. | Archivo

El Juzgado de Primera Instancia número 19 de Madrid ha condenado a una compañía de seguros médicos a indemnizar con 124.621 euros, más intereses y costas, a una familia por la muerte de una niña como consecuencia de una cesárea de forma tardía en Ibiza.

La Asociación El Defensor del Paciente, cuyos servicios jurídicos han llevado el caso, informaron ayer en un comunicado de que el juzgado ha estimado íntegramente la demanda presentada por la familia de la niña.
La madre, de 40 años, acudió el 16 de marzo de 2015 a las 21.00 horas al servicio de urgencias del centro médico ofertado por la aseguradora, «por rotura prematura de membranas y sangrado», y quedó ingresada con un tratamiento de antibióticos para prevenir una infección derivada de la rotura de la bolsa.

El comunicado detalla que a las 03.25 horas, las gráficas de las monitorizaciones (Registros cardiotocográficos) «advertían el riesgo de pérdida de bienestar fetal» y «mucho más claro para todos los peritos a partir de las 03:33 horas». Sin embargo, no se descartó mediante el análisis del pH de la calota de la niña, «dado que no había medios para ello», añaden. En ese momento, en el centro de salud no había ginecóloga, que fue avisada a las 03.45 horas y llegó a las 04.00 horas, cuando indicó realizar la cesárea urgente. La cesárea no se llevó de forma inmediata y la niña nació a las 04:37 horas. Según la sentencia, la niña nació en parada cardiorrespiratoria y fue necesaria reanimación cardiopulmonar avanzada. A las 07.30 horas se decidió el traslado a la UCI neonatal de Palma de Mallorca. La neonata sufrió una nueva parada cardíaca y llegó al hospital de Palma a las 14.00 horas donde falleció a las 14.50 horas, refleja la sentencia en el relato de los hechos.

Demora decisiva

Sobre la demora en la cesárea, la sentencia considera que «lo decisivo» es que la misma no se indica cuando aparecen las «deceleraciones patológicas a las 03.33 horas», que indicaban «sufrimiento fetal y de hipoxia», puesto que no está presente la ginecóloga, que está de guardia de localización no de presencia, y no es hasta las 03.45 cuando se le avisa acudiendo a las 04.00 horas. «Esos 27 minutos son ciertamente claves», añade la sentencia. A esto se suma que la cesárea se prolonga también «un tiempo excesivo» ya que según los protocolos no debe superar los 30 minutos y duró 37, «siendo estos retrasos determinantes del resultado fatal sin que se haya acreditado otra causa que haya contribuido causalmente al desenlace», concluye.