El coordinador ambiental del centro, Toni Marí, realiza el taller de cuidado del huerto con algunos alumnos. | MARCELO SASTRE

Si se le pregunta al coordinador ambiental del CEIP Puig d’en Valls, Toni Marí, qué ha llevado al centro a ganar el primer premio del concurso ‘Centres Educatius vers el Desenvolupament Sostenible’ del Govern de las Illes Balears, no sabe muy bien por dónde empezar. ¿Su huerto que es en el que trabaja toda la escuela? ¿Los múltiples premios por trabajos sobre ecología? ¿Su aula de recursos educativos ambientales? La memoria que presentó para justificar la trayectoria ambiental del centro consta de casi cien páginas.

El texto hace un recorrido marcado especialmente por la obtención, en 2007, de la acreditación como centro ecoambiental que concede la Conselleria de Medi Ambient, pero que repasa el trabajo y reconoce el esfuerzo realizado por todo el equipo docente, presente y pasado.

Muchos profesores han contribuido a que los alumnos sean más conscientes de la importancia de preservar el medioambiente. Un esfuerzo que vale un premio de 3.000 euros que recibirán el próximo miércoles de manos del conseller de Medi Ambient del Govern Balear.

50 aniversario

Al centro ya se le planteó que participara hace dos años en la primera edición del premio. Desde Medi Ambient del Consell Insular sabían que era un centro que cumplía de sobra con los requisitos para ser premiado. Sin embargo, Marí quiso darse un tiempo para hacerlo bien. Aprovechó el verano de 2018 para iniciar el proyecto. «Hacía poco que se había celebrado el 50 aniversario del centro (en 2017) y aproveché el trabajo de recopilación de la historia del centro, que incluía todos los avances hechos en educación ambiental».
Dividió el texto en dos bloques: uno antes de obtener la acreditación de centro ecoambiental, la otra a partir de que se obtiene este título.

Entre los proyectos que se iniciaron antes de 2007 está la creación del huerto de la escuela. Una instalación que se creó en el curso 89/90 y que, desde entonces, han ido cuidando entre los alumnos y los profesores.

Marí explica que es una actividad en la que se pone mucho empeño por parte de alumnos y profesores. El huerto se ha convertido en un elemento transversal dentro del centro. La actividad de ‘El día de la fruta’, para educar en buenos hábitos alimenticios, revierte en el huerto a través de los restos de fruta que acaban convirtiéndose en compost.

Su día a día, lo que aprenden los alumnos e incluso algunos consejos agrícolas se pueden seguir en su blog hortdepuigdenvalls.blogspot.com

En el patio de la escuela también se ha instalado un rincón que se llama ‘Punt verd’. Un aula ambiental creada por la Comisión Ambiental del centro a raíz de la obtención del título de centro ecoambiental. El espacio no es un lugar donde los recursos educativos cogen polvo. Cada día a la hora del patio se desarrollan talleres para mantener viva el aula; actividades que van desde la creación de instrumentos, a la confección de bolsas de tela para el almuerzo, esparto o papel reciclado.

A estas actividades continuadas se añaden otras como la iniciativa ‘L’aposta’, impulsada por Amics de la Terra, para calcular el ahorro de CO2 que podía hacer el centro (fueron 31,5 toneladas entre diferentes actividades); la fiesta de la convivencia con motivo del día Mundial del Medio Ambiente, un programa de intercambio europeo entre escuelas sostenibles, la campaña de recogida de móviles usados -que permitió apadrinar a tres chimpancés- o la participación en el programa Agenda XXI del Ayuntamiento de Santa Eulària. Toda una trayectoria que bien merece una recompensa.