Las estanterías de la sede de Cáritas Ibiza están prácticamente vacías.

El almacén de Cáritas está bajo mínimos. Los alimentos no llegan para cubrir las necesidades de todos los que piden ayuda. Por este motivo, la organización lanzó ayer un SOS para poder seguir con su labor de reparto de alimentos en las distintas sedes de la isla.

Durante todo el año la organización recibe, hasta cuatro veces, alimentos provenientes de los excedentes europeos, del Ministerio de Agricultura. Una ayuda que se suma a las donaciones particulares y de empresas y que sirve para conformar los lotes de alimentos que entregan de forma complementaria a las ayudas alimentarias que dan los servicios sociales municipales.

«Estamos esperando el envío del Ministerio pero no llegará hasta dentro de un mes o más y mientras, la gente tiene que seguir comiendo», señalaba Gustavo Gómez, coordinador de Cáritas Diocesana en Ibiza.

Alimentos básicos
El último envío que recibieron desde Agricultura fue de 30 toneladas en noviembre pero apenas les queda nada. Los básicos como «pasta, atún y arroz están agotados por completo», explicaron desde la organización. «Nos hace falta, sobre todo leche, galletas, arroz, pasta, tomate frito, atún, fruta en almíbar, cacao y aceite. Prioridad eso sí, son la leche, el arroz y la pasta», detalló el coordinador.

Los lotes de alimentos son entregados por Cáritas Diocesana en la ciudad de Ibiza y por las Cáritas parroquiales situadas en Sant Antoni, Santa Eulària y Sant Jordi en sus respectivas parroquias. Allí llegan personas con vales de alimentos derivadas, en su gran mayoría, por los diferentes servicios sociales de los ayuntamientos, así como de otras organizaciones y de la propia Cáritas. Es la propia organización quien realiza una valoración social de las necesidades de las personas e intenta paliar sus necesidades de ayuda alimentaria.

Aumento de usuarios

El año, según detallan responsables de Cáritas, ha comenzado con la demanda más alta que nunca en el Programa de Alimentos. «El año pasado, 2018, tuvimos 2879 solicitudes de familias, algunas con menores, con problemas económicos y dificultades para adquirir productos básicos para su alimentación. En promedio, atendemos unas 90 familias por semana», explicaron.

Desde la organización aseguran que muchos de sus usuarios son personas que están trabajando y que a pesar de tener jornadas de 40 horas semanales “necesitan alimentos para terminar de completar su cocina».

Cierre del Banco de Alimentos

A la actual situación económica en la isla que ha hecho que aumente el número de usuarios, se suma el cierre el pasado abril del Banco de Alimentos de Ibiza que también les ha repercutido.

«Ellos tenían acuerdos con otras cadenas de alimentación que les hacían llegar cosas y algún lote nos llegaba”, señalaba Gustavo Gómez. Además, explicó que el tema de la logística ahora lo ha vuelto a asumir la organización y «eso tiene un coste».

Cáritas cuenta desde hace unos meses con una nave almacén en Sant Rafel que alquilan dicen «a un precio asequible» pero que les supone un gasto económico extra que antes no tenían.

«El año pasado no se repercutió en la mesa contra la exclusión del Ayuntamiento porque fue el cierre del Banco d eAlimentos fue en abril, pero este año se ha añadido. Nosotros no podemos hacer frente al coste de la nave porque siempre vamos apretados de dinero», explicaba el coordinador de la sede en Ibiza.

Desde la organización diocesana hacen un llamamiento a la ciudadanía para pedir su colaboración. Todo aquel que quiera ayudar donando alimentos los puede llevar a la sede que Cáritas tiene en la calle Felipe II, en Ibiza.