Los meros han desaparecido de la zona de Es Daus.

Los resultados de la última campaña bianual de seguimiento de peces vulnerables en la Reserva Marina de Es Freus de Ibiza y Formentera han mostrado la tendencia al alza registrada en el 2016 y configuran un cuadro «muy positivo» en comparación con los primeros resultados del año 2000. Así y todo, según el informe, se ha constatado una «ausencia total» de meros en la estación de Es Daus.

Según informó ayer el Govern, tomando la biomasa como indicador principal, en las aguas superficiales de la reserva ha habido un incremento tanto en el número de peces como en la medida de algunas especies.

A pesar de estos resultados positivos, los autores advierten de la importancia de mantener e incluso de mejorar el servicio de vigilancia, dado que hay signos de persistencia de actividad de pesca ilegal, constatando esa ausencia total de meros en la estación de Es Daus, muy próxima a la ciudad de Ibiza, donde hay un hábitat «excelente» para este grupo de especies.

En el estudio, los incrementos más significativos los protagonizan el corvallo (Sciaena umbra), el cabracho (Scorpaena scrofa), la mojarra (Diplodus vulgaris), el mero (Epinephelus marginatus), los merlos (Labrus spp.) y la chopa (Spondyliosoma cantharus).
Así, la población actual de especies vulnerables a la pesca dentro de la zona es «más diversa, con mayor densidad y con peces mucho mayores» que cuando se creó la reserva marina. La reserva parcial también ha experimentado cambios positivos.

En la zona de es Banc, la biomasa se ha multiplicado por cuatro entre la primera y la última campaña, mientras que en s’Espalmador el factor de incremento se ha multiplicado por ocho.

Por otra parte, la zona de Punta Rasa presenta ahora cuatro veces más biomasa de peces que en los primeros años de estudio. Este incremento se tiene que atribuir en exclusiva a efectos de la eliminación de la pesca submarina.

La última campaña también ha constatado, respecto a la de 2016, un incremento de la biomasa en las dos zonas de control fuera de la reserva, por lo cual se han alcanzado valores típicos de zonas protegidas en el contexto geográfico de las Illes Balears.
En este sentido, las biomasas de peces mesuradas en localidades de Formentera totalmente abiertas a la pesca eran, hacia el año 2000, en torno a 0,8-1,9 kg/250 m2, mientras que en el 2018 se han medido biomasas de 4,9 kg/250 m2.

Este escenario queda reforzado por los resultados de las aguas más profundas, con un incremento de biomasa que se multiplica un 2,7 en s’Espardelló o una estabilización en s’Espardell.