El Gobierno británico puso ayer en marcha en Son Sant Joan la mayor operación de repatriación desde la Segunda Guerra Mundial. | Jaume Morey

La quiebra del touroperador Thomas Cook UK va a dejar en las Islas deudas por valor de cien millones de euros al sector turístico balear, ya que el grupo británico demoraba los pagos desde el inicio de la actual temporada turística a un centenar de hoteles, proveedores, empresas de transporte turístico discrecional, rent a car, así como a los servicios de ‘handling’ (atención en tierra a aviones y pasajeros) en los aeropuertos y a empresas de catering.

El cese de operaciones de Thomas Cook se fue gestando a lo largo del fin de semana, pero la decisión del Gobierno británico de no apoyar una inyección de capital para garantizar las operaciones del grupo turístico hasta finales de octubre, fue lo que propició su caída en la madrugada del lunes.

En Balears un grupo de cadenas hoteleras intentó durante el sábado y domingo, lideradas por Iberostar, alargar hasta este viernes 27 la actividad de la empresa británica, pero al fallar el apoyo de Londres se precipitaron los acontecimientos.

El conseller de Treball i Turisme, Iago Negueruela, reconoció ayer que «las empresas de Balears intentaron por todos los medios resolver la delicada situación económica de Thomas Cook. Contaban con nuestro apoyo y del Ministerio de Turismo, pero al final el Gobierno británico decidió rechazar esta opción, que a en nuestra opinión hubiera evitado la caída de Thomas Cook».

Negueruela añadió que la unión empresarial «ha sido absoluta, pero no ha sido posible que fructificara».

La FEHM y la Agrupación de Cadenas Hoteleras no quisieron ayer valorar la actitud del Gobierno británico al decidir no apoyar a una empresa privada y dejar todo en manos de las aseguradoras.

Incertidumbre

La decisión del CEO de Thomas Cook, Peter Fankhauser, de dar la orden del cese de operaciones por falta de liquidez provocó desde primera hora de ayer la alarma en el mundo empresarial turístico balear, así como en el Govern, las patronales CAEB, PIMEM y el Fomento del Turismo de Mallorca.

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En estos momentos hay, entre Mallorca y Menorca, más de 3.000 turistas afectados por la quiebra de Thomas Cook, a los que hay que sumar los que no podrán venir por falta de transporte aéreo.

Este volumen de actividad, junto al existente en otros destinos vacacionales, fue lo que propició ayer la puesta en marcha por parte del Gobierno británico de una operación de repatriación para llevar de vuelta al Reino Unido a los turistas que se han quedado fuera del país por la suspensión de vuelos de Thomas Cook Airlines. así como de su filial Thomas Cook Airlines Scandinavia. La operación de repatriación se prolongará hasta el próximo 6 de octubre.

En el aeropuerto palmesano el grupo turístico tenía programados 64.919 plazas de septiembre a diciembre, a las que hay que sumar las 15.735 en Eivissa y 27.000 en Maó. Toda esta operativa queda anulada.

Esta cancelación de vuelos tendrá un impacto directo en la programación de invierno, circunstancia que provocará el cierre anticipado de muchos hoteles en las Islas.

En Mallorca las principales zonas turísticas afectadas por la quiebra del touroperador son la Platja de Palma, Peguera, Alcúdía-Can Picafort, Capdepera, Platja de Muro, Cala Millor y Cala D’Or.

La primera consecuencia de la quiebra no se ha hecho esperar, de ahí que muchos hoteleros hayan decidido cobrar a partir de ahora a los turistas de Thomas Cook los gastos de desayuno, comida y cena, así como de alojamiento «para no incrementar la deuda».

El conseller de Treball i Turisme, Iago Negueruela, pidió ayer a los empresarios que no imitaran a los hoteleros turcos en este aspecto. La Federación Hotelera de Mallorca y la Agrupación de Cadenas de Balears, mientras, dejan en manos de las empresas tomar la decisión que más se ajuste a sus necesidades. «Cada empresa es libre de actuar como quiera», afirmó la presidenta de la FEHM, Maria Frontera.

El objetivo prioritario ahora es que las compañías de transporte aéreo filiales de Thomas Cook, Condor y Thomas Cook Balearics sigan operativas «porque en caso contrario será el caos», apuntan las patronales turísticas.