Fanny Tur es la actual directora del L’Arxiu Històric d’Eivissa (AHE) y junto a Anna Colomar ha jugado un papel fundamental en estos treinta años. | Arguiñe Escandón

Durante este 2019 se celebra el treinta aniversario desde que el Arxiu Històric d’Eivissa (AHE) tiene sede propia. Primero fue en el Ajuntament Vell y desde abril de 2006 en la primera planta del edificio de Can Botino, en pleno Dalt Vila. Ha sufrido muchos cambios y ha mejorado pero parece extraño poder imaginárselo sin dos personas: Fanny Tur y Anna Colomar. La primera obtuvo la primera plaza que se convocó en 1987 y se incorporó el 2 de marzo de 1989, mientras que Colomar la sustituyó entre 1999 y 2005 y 2009 y 2013. «Para nosotras trabajar aquí es un sueño como ibicencas con formación de historiadoras porque trabajamos todos los días con documentos originales que nos cuentan en primera persona la historia de Ibiza y Formentera», resumió ayer Tur con una gran sonrisa al terminar la entrevista.

A pesar de este aniversario la historia del Arxiu viene de mucho más atrás en el tiempo. Según explicó Tur a Periódico de Ibiza y Formentera el archivo se creó oficialmente en 1937 a petición del propio Ayuntamiento, bajo el patronato de la Diputación Provincial de Baleares. Su primer director fue Isidor Macabich, quien compaginaba el cargo con el de archivero de la Catedral, y se mantuvo en el cargo hasta su muerte, en 1973. Desde entonces y hasta la convocatoria de las oposiciones que ganó Fanny Tur, el archivo entró en un declive preocupante que puso en riesgo mucha de la documentación que se conservaba y tenía un alto valor histórico. «Estuvo 14 años sin archivero oficial y aunque mucha gente como Mariano Llovet, Joana María Ferrer, Carmen Balansat, Conxa Calafat, Juan Marí Cardona, Ernest Prats o Carmen Guasch hicieron grandes esfuerzos para clasificar los documentos y que éstos no se perdieran lo cierto es que se acumulaban de mala manera en cajas abandonadas». Incluso, tal y como recoge la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera, «cuando Joan Antoni Torres estaba ordenando la hemeroteca encontró entre un montón de papeles de periódico que debían ser destruidos el titulo de Ciudad de Ibiza de 1789».
Finalmente, bajo el mandato de Joan Prats Bonet, alcalde de Ibiza desde 1979 a 1983, se aprobó crear una sede fija para el archivo. El proyecto lo continuaron Adolfo Villalonga, en el cargo durante cuatro meses, su sustituto Enrique Mayans y Felip Cirer como concejal. Fanny Tur recuerda con brillo en la mirada aquellos primeros años en los que estuvo sola. «Fueron años duros pero también apasionantes porque la documentación estaba en muy mal estado, repleta de orín de todo tipo de animales, hongos o polvo y siempre llegaba manchada a casa, y también porque clasificaba todo en una mesa de pupitre con una pequeña silla bajo una ventana parecida a las de los conventos».

4 kilómetros de documentación
Afortunadamente todo ha mejorado y este archivo se ha convertido en un referente a nivel balear y estatal con más de cuatro kilómetros de documentación y más de 30.000 documentos, entre libros, postales, dibujos, carteles, escritos o fotografías. Desde 1994 se estableció su clasificación en 25 secciones según las normas básicas del departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, divididas a su vez en series documentales.
Además tiene una particularidad que lo hace aún más especial. Es el único archivo de titularidad municipal que es interinsular. Algo que se debe, según su directora, a que guarda documentos anteriores al reinado de Felipe de Anjou, Felipe V, quien por los Decretos de Nueva Planta unificó la administración. «Cuando llegó al trono el primer rey Borbón tras vencer en la Guerra de Sucesión decidió, entre otras cosas, abolir el sistema de juratts, pasar la propiedad y la gestión de las salinas a la monarquía y sustituir la Universitat como órgano de gobierno creando el Ayuntamiento de Ibiza, siendo éste el único que hubo en las islas durante muchos años».

De esta época el archivo conserva amplia documentación. Precisamente dos de las grandes joyas se remontan al siglo XVIII: El Llibre de la cadena y el título de Ciudad de Ibiza. El primero es un códice de 193 hojas, reunidos en 14 cuadernos con cubiertas de piel repujada con motivos decorativos geométricos y vegetales, letras doradas y un cierre de pell torçada que fueron restaurados en los años 80 en Madrid por miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). «Tiene una importancia histórica capital porque tiene copias de documentos muy valiosos de los Juratts de la Universitat de Ibiza, copiados en el momento para que no se perdieran, como normas, leyes, derechos, deberes o privilegios, e incluyen Els Usatges de Bacelona que se aplicaron desde el siglo XI al XIII, la Carta de les franqueses, llibertats i costums d’Eivissa de 1236 o la carta con la que los Reyes Católicos informan que el 2 de enero de 1492 han tomado Granada». Mientras, en el título queda plasmado que «en 1782 el rey Carlos III concedía a la villa de Eivissa el titulo de ciudad, algo indispensable para crear un obispado propio que hizo ese mismo año el Papa Pio VI».

Estas joyas conviven con donaciones «realizadas por gente que es consciente que tiene un tesoro y decide cederlo al archivo por interés o porque tenga un vínculo personal» o por ejemplares que se han ido adquiriendo a lo largo del tiempo. Así, el Arxiu Històric d’Eivissa (AHE) puede presumir de documentos y correspondencias de Isidor Macabich, cedidos por su ahijado Isidor Marí; de Antoni Palau «que compraba todo lo que encontraba sobre las Pitiusas en librerías o anticuarios»; de Mariano Llovet «que se interesaba por todo lo que tenía que ver con la Guerra Civil en uno y otro bando y que decidió cederlo porque de niño había vivido en la casa donde está el archivo»; las fotografías que realizaba Ferrer Guasch antes de hacer sus pinturas; la biblioteca en varios idiomas de Xicu Prats o el legado notarial o los libros sobre Derecho Foral de José Cerdá.
Conservación y digitalización
Para que esta ingente cantidad de información pueda estar al alcance de todo el mundo se ha hecho un importante trabajo de conservación y posterior digitalización.
El primero ha consistido fundamentalmente en la limpieza de excrementos, manchas y elementos nocivos de los documentos para después guardarlos en cajas de PH neutro que no tienen acidez y los que son más antiguos o más delicados en fundas especiales. Además, la sala del archivo se mantiene a una temperatura estable durante todo el año. Incluso, la documentación de mayor valor se guarda en una sala especial con una salida al exterior para salvarla si se produce un imprevisto en el edificio.
Mientras, la digitalización también ha jugado un papel fundamental ya que según Tur «los documentos se acercan a cualquier ciudadano del mundo y porque al poderse consultar así los originales sufren mucho menos, facilitándose su conservación».

En este sentido, Tur asegura que es el archivo de España que tiene mayor cantidad de prensa diaria digitalizada porque «decidimos empezar con ellos pensando que siempre usan un papel de menor calidad que normalmente casi es de usar y tirar». Además, a través de www.eivissa.es se puede consultar actas del ayuntamiento, documentos sobre la vida oficial de la isla, el registro civil, los padrones, las patentes de sanidad o las correspondencias. Se trata, según sus palabras, de una documentación muy consultada, no sólo por historiadores o investigadores sino también por aquellos que buscan saber, por ejemplo, de donde viene su apellido.
Incluso, gracias a una subvención que se aprobó recientemente, cuando la propia Fanny Tur era consellera del Govern balear, actualmente se está terminando de digitalizar todo el Diario Balear de principios del XIX que ella misma compró en un anticuario de Bilbao en 2017 y con ello, si todo va bien se completará el volcado antes de que acabe el año. El broche perfecto a tres décadas guardando la memoria colectiva de las Pitiusas.