Los vecinos voluntarios estuvieron toda la mañana limpiando la playa y sus alrededores, dado que no obtuvieron respuesta de las instituciones.

El pasado 22 de agosto Antonio, un ciudadano que se declara «fiel amante y defensor de la naturaleza ibicenca», colgó unas fotos en una red social que certificaban el lamentable estado de una zona de Cala Vadella, que, según apuntaba, se ha convertido en «un inmenso vertedero que acumula botellas, colchones, hierros...»

A su vez, en la misma publicación también denunció que, desde marzo de este mismo año, la empresa encargada de la limpieza de la zona de Cala Vadella dese 1973, Urbanizadora Mediterránea S.A, descargó diversos camiones de rocas y arena en ese mismo lugar -recordando que se trata de una zona natural- a causa de las obras de la nueva depuradora.

Competencias
Ambas denuncias causaron un gran revuelo, por lo que la empresa decidió retirar todo de allí, a pesar de dejar multitud de escombros que, aseguraron, «estaban allí ya desde antes». Este hecho fue puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Sant Josep, quien pasó el aviso al propietario de la zona afectada -dado que se trata de una propiedad privada- y, en caso de que se hiciera caso omiso, ellos se comprometerían a actuar de manera subsidiaria, reclamar los gastos de limpieza al propietario y, después, sancionarlos económicamente.

Las semanas trascurrieron y, al no pronunciarse el propietario, el deber pasó al Ayuntamiento. Sin embargo, estos afirmaron que la zona de los acantilados -conocida como Cala Nostra- no era de su competencia, sino de Costas, por lo que no se podrían hacer cargo.

Costas y Litoral no se han pronunciado al respecto, por lo que Antonio, movido por su amor a la isla y por la tristeza que le produce ver la isla en el estado en el que se encuentra, según explica, decidió movilizar a la partida que dirige, unas ocho personas «para poner más presión».

Limpieza desinteresada

A todo el grupo de Antonio lo mueve el mismo interés, el de ver la isla limpia. Por eso se encargan de ir «a los sitios más difíciles de limpiar, como los acantilados, cuevas, alturas...».

«Pongo siempre el dinero de mi bolsillo para el material de limpieza como guantes, rodillos... Esta vez la pintura me la regaló una empresa», apuntaba Antonio.

En esta ocasión, en la zona Cala Vedella, el día 14 limpiaron la cala entera, el acantilado y pintaron las ‘casetas de pescadores’. Su intención, sobre todo, era la de «limpiar los residuos antes de que lleguen al mar».

Su labor, al estar promocionada en las redes sociales, cada vez es más conocida -y secundada- en la isla. Muchas son las personas que quieren colaborar y formar parte de esta iniciativa.

«Unas chicas que vinieron una vez a limpiar nos animaron a publicarlo para crear conciencia y facilitar las denuncias y les hicimos caso», explicó Antonio, orgulloso después de haber conseguido, una vez más, aportar un gran ‘granito de arena’ para la limpieza de la isla.

Por su parte, el Ayuntamiento de Sant Josep manifestó que tenían constancia de las denuncias de los vecinos, pero «la parte de litoral no era competencia del Consistorio, sino de Costas».

También manifestaron que la parte que los vecinos han limpiado es la que ellos ya reclamaron a su propietario pero, al ser un terreno privado, «no son libres de actuar y debemos de esperar para limpiarlo».

Sin embargo, los propios ciudadanos se han adelantado «ante su poca efectividad».