Mediante el uso de perros adiestrados, los agentes tratan de detectar sustancias estupefacientes escondidas en el equipaje. | Arguiñe Escandón

Son las 7:30 de la mañana. Empieza el operativo especial de Aduanas en el aeropuerto de Ibiza. Su objetivo es el de reforzar el control de equipaje y de pasajeros con motivo del cierre de las discotecas, puesto que se esperan desplazamientos de grandes ordas de personas durante esta semana.

Para ello, el servicio de Aduanas ha previsto un refuerzo en el cuerpo de vigilancia aduanera, que tiene competencia en contrabando y tráfico de estupefacientes.
La Administración de Aduanas tiene las funciones de control de mercancías de fuera de la Unión Europea y control de pasajeros y equipajes tanto en el puerto y como en el aeropuerto de la isla. Para complementar esa labor, cuentan con el resguardo fiscal de la Guardia Civil, a quien, además, le corresponde la seguridad del aeropuerto.

Aeropuerto
A lo largo de los días anteriores y con la colaboración de AENA, se hizo una selección de vuelos que, según el perfil de viajeros, serán intervenidos por este control -tanto por la mañana como por la tarde-, por ejemplo, a las 14 aterrizó un avión procedente de Madrid, que servía como conexión de personas provenientes de Brasil o Estados Unidos.

Al desembarcar y pasar por el control de pasaportes de la terminal, los pasajeros son reconducidos por los agentes hasta una sala independiente de las demás, y en la que pueden escoger entre dos canales distributivos: el verde, en el que asumen que no portan nada consigo que deba ser declarado; o el rojo, en el que reconocen que tienen material que ha de ser puesto en conocimiento de las Aduanas. Una vez pasan la sala, son separados de su equipaje para que los perros adiestrados puedan inspeccionarlos.

Estos canes están entrenados para reconocer olores ‘tipo’ como los del hachís, la marihuana y la cocaína.

Si marcan a una persona o a un equipaje, será porque contienen o han estado en contacto con alguna de estas sustancias y se pasará a una revisión más exhaustiva del caso concreto.

Después de ser olfateados, los equipajes pasan por un escáner y, si hay algún material sospechoso, los agentes tienen autorización para abrir la maleta en cuestión y hacer un análisis manual de lo que contiene.

A una mujer le fueron requisados cinco kilos de fruta variada que traía en su equipaje, dado que, según la legislación actual de la Agencia Tributaria, no se pueden trasportar más de un kilogramo por persona de este tipo de alimentos.

Por otra parte, a otro pasajero le fueron requisados cuatro ‘porros’ de marihuana y hachís, por lo que fue denunciado a la Guardia Civil por tenencia y transporte de sustancias prohibidas y recibirá una multa administrativa.

El operativo matutino en el aeropuerto se saldó con cuatro denuncias a la Guardia Civil por tenencia de drogas, además de la retención de algun material alimenticio que, por ley, no puede transportarse mediante esta vía o que incluso no fue debidamente declarada.

Vía marítima
El día anterior, este mismo dispositivo se había desplegado en el puerto de Ibiza, centrándose en la línea que cubre Ibiza-Formentera.

También durante la madrugada del día siguiente, este operativo se desplazó hasta Marina Botafoc para supervisar los ferrys de gran capacidad que conectan Ibiza con la península y con Palma, donde también es posible encontrar material de contrabando, dinero y drogas escondidos en los coches que viajan en la bodega, aprovechando que los controles marítimos no suelen ser tan estrictos como los aeroportuarios.

«El operativo transcurrió sin incidentes y se saldó con diversas denuncias por aprehensión de tabaco de contrabando», explicó el Jefe de la Unidad Combinada del Servicio de Vigilancia aduanera.

A parte de competencias propias como el cobro de impuestos a la entrada de mercancias procedentes de fuera de la Unión Europea, la Aduana lleva a cabo diversas actuaciones que no entran dentro de su competencia estricta, como la de evitar la entrada de productos de origen animal, como leche, carne o huevos, que están prohibidos por la dudosa higiene de los controles a los que están sometidos en los países de origen, así como semillas, productos de importación falsificados... Todos son debidamente requisados, denunciados si es preciso, y custodiados fiscalmente por el cuerpo de la Guardia Civil en colaboración con Aduanas.

Justamente por eso, en la sala que ocupa la Aduana en el aeropuerto, hay diversas cajas de material falsificado incautado este verano que quería entrar a la isla para, posteriormente, ser vendido. Entre este material se pueden encontrar falsificaciones de una conocida marca deportiva, bolsos, monederos e incluso artículos de belleza que querían ser usados en un salón de belleza y que provenían de China sin haber pagado las tasas y aranceles correspondientes.

Dinero en efectivo
Tal y como explicó el Administrador de la Aduana, «no se puede ni entrar ni salir de España con más de 10.000 euros en efectivo sin declarar».

Para poder viajar con ello, antes, se ha de rellenar un formulario que se facilitará a través de la página web de la Agencia Tributaria. En el caso de no hacerlo, la Agencia Tributaria puede retener casi la totalidad de esa cantidad y el pasajero solo podría disponer de unos 1.000, además de que esta información sería transmitida al Servicio de Prevención Blanqueo de Capitales de España, con la finalidad de buscar la procedencia de este dinero y así poder averiguar si es un dinero limpio o no.

Esa Unidad sería la encargada de tramitar la demanda pertinente y en caso de ser necesario, sancionar de forma administrativa.

«Estos hechos suelen ocurrir, sobre todo, en los vuelos privados que llegan a la isla. Por territorio nacional se puede viajar con 100,000 en efectivo sin declarar, pero no suele ser lo habitual» zanjó.