Más de 200.000 personas pasarán a estar en exclusión social en caso de una nueva crisis.

En los últimos cinco años 7.000 personas de las Islas han logrado salir de la situación de exclusión social y la tasa se ha reducido del 28,5 % de 2013 al 21,5 % de 2018, según se desprende del informe FOESSA (fundación adscrita a Cáritas) de Balears presentado ayer. Sin embargo, su secretario técnico, Raúl Flores, advirtió de que 211.000 ciudadanos están en una situación de «inseguridad». Esto es, en caso de que se produjera una nueva crisis económica, pasarían a estar en una situación de exclusión social.

Dentro de lo que se denomina sociedad integrada, «existe una quiebra en la base», en palabras de Flores, quien explicó que el «colchón» de estos más de 200.000 ciudadanos de Balears que ahora forman parte de esta sociedad integrada «se ha quedado en casi nada» en los últimos años, como consecuencia de la última recesión económica. «Han agotado su capacidad para hacer frente a una nueva crisis, por lo que si se produjera pasarían muy pronto a estar en exclusión social», concluyó.

En cualquier caso, Flores mantuvo la esperanza de que esta crisis de la que ya hablan los expertos «tarde en llegar», lo que daría margen a este segmento de la población a estar mejor preparados. Aún así, en términos generales, vaticinó que sus consecuencias «serían peores».

Y es que pese a este descenso de población en exclusión, en Balears viven en esta situación 243.000 personas, un 21,5 % del total y el tercer porcentaje más alto del Estado. Sin embargo, a diferencia del resto de comunidades, uno de los principales componentes de la exclusión en las Islas está relacionado con el elevado coste de la vivienda, considerado también en el informe el motor de la desigualdad. Se revela que 85.000 personas viven con la incertidumbre de quedarse sin hogar, 120.000 ciudadanos residen en viviendas inadecuadas y un 14 % de la población está en el lindar de la pobreza severa después de descontar gastos o deudas relacionadas con el pago de la vivienda y los suministros. Estas personas, una vez descontados este dispendio, se quedan con menos de 300 euros para pasar el mes.

Desigualdad

Junto a la dificultad de acceder a una vivienda digna, la salida de la crisis «basada en el crecimiento del empleo de baja calidad», ha provocado que Balears es donde más ha crecido la desigualdad entre ricos y pobres. Pese a que la renta media ha aumentado un 11 % en la última década, esta subida ha sido solo del 0,6 % entre la población con menos ingresos.