Ghazaleh salió de comisaría ayer acompañada de Kimia y miembros de SOS Refugiados. | Marcelo Sastre

Ghazaleh lleva en Ibiza desde el 17 de agosto, cuando fue detenida en el aeropuerto al intentar volar a Manchester con documentación falsa. Llegaba huída de su país, Irán, donde la perseguían por haberse mostrado en las redes sociales sin el hijab y por haberse convertido al cristianismo. Desde entonces esperaba una cita para poder formalizar su petición de asilo político en España. Una cita que estaba fijada para el 7 de noviembre.

Ayer, algo nerviosa, acudió a la Comisaría de Policía Nacional donde durante más de dos horas y acompañada por una traductora oficial, explicó su historia y pudo presentar toda la documentación necesaria para que la Oficina de Asilo y Refugio pueda resolver su petición.

«De momento le han tomado las huellas digitales y le han dado un documento identificativo para poder moverse por Ibiza y solicitar, por ejemplo la tarjeta sanitaria», explicó Graciela Masiano, de SOS Refugiados, que la acompañó. «Esperamos que vaya todo bien y que en seis meses, para mayo, le den la tarjeta roja, que es con la que ya podría circular libre y legalmente», añadió.

Vivir con miedo
Si todo sale como esperan, Ghazaleh, asegura que se quedará en Ibiza. «Me siento muy bien aquí. No me esperaba que hubiera tanta gente que me ayudara, pero incluso los funcionarios de policía me han tratado muy bien», dice.

No habla castellano, pero le acompaña Kimia, otra joven iraní que lleva 14 años viviendo en la isla y que hace de traductora. Ha querido ayudarla en esta situación porque su madre pasó por lo mismo hace ahora 30 años. «Era una mujer sola que llegó a Alemania con mi hermano y conmigo. Si puedo ayudar a una mujer en una situación parecida, estoy encantada», dice. Algo que nos cuenta, hace que ya no pueda volver más a su país. «Al ayudarla yo ya soy una rebelde más», asegura, «aunque no quiero volver a donde persiguen a las mujeres por ser personas», añade.

De hecho, Ghazaleh admite que vive con miedo de lo que le pueda pasar a su familia. «Por eso no puedo contar todo lo que me gustaría», dice. «En Irán van a por las familias de las personas que se atreven y hablan, como el caso de Masih Alinejad, periodista exiliada en Estados Unidos. Cogieron a su hermano y lo encarcelaron», cuenta.

Un viaje complicado
Precisamente un vídeo que Ghazaleh mandó a esta periodista, en la que mostraba su cabello y su rostro, y que acabó en las redes sociales, fue el detonante de esta situación. Las autoridades de su país ya la perseguían por haberse convertido al cristianismo y se enfrentaba a la cárcel, así que decidió huir.

Según explicó, salió del país por Turquía. Allí compró un pasaporte falso con el que tenía la intención de viajar a Manchester, ya que, al parecer, en esta ciudad de Reino Unido contaba con ayuda. Pero el turco al que compró la documentación falsa se quedó con su pasaporte iraní y «no buscó billetes directos a Inglaterra porque quería sacar más dinero», asegura Graciela Masiano, de SOS Refugiados, que también le está prestando su ayuda en estos meses en la isla. Así, la chica estuvo viajando por distintos países, hasta que llegó a Ibiza. Cuando estaba a punto de volar a Manchester fue detenida en el aeropuerto. Una fotocopia de su pasaporte original le sirvió para acreditar su identidad a la Policía Nacional de Ibiza.
Después de formalizar ayer su solicitud de asilo, espera que pronto su complicado viaje acabe en la isla.