Retirada del barco de ses Salines. | DANIEL ESPINOSA

La retirada el pasado lunes del barco varado desde el mes de junio en el parque natural de ses Salines ha destapado la evidencia, según Amics de la Terra, de que «hace falta mejorar los protocolos para retirar las embarcaciones abandonadas por toda la isla».

La presidenta de la asociación ecologista, Hazel Morgan, hizo hincapié ayer en que seis meses es «mucho tiempo». Cuando una embarcación pasa tantos meses en el mar «se descompone y todo el material queda en el agua o en la playa», explicó. «El aceite de los motores, los carburantes, las baterías, la pintura, el plástico del que están hechos la mayoría», enumeró. «Incluso las cuerdas tienen un efecto negativo para el medio, ya que los animales se pueden enrollar en ellas», apuntó.

En este sentido Morgan advirtió que «se debería abrir un expediente al dueño de la embarcación, que seguramente no es residente de aquí, para evitar que pueda volver a viajar por estas aguas hasta que pague lo que toque». Asimismo criticó la «inoperancia de Costas» tanto en este caso como en todo lo relacionado con los fondeos ilegales en la isla.

Presión del litoral
Otro de los asuntos que denunció la asociación ecologista es la alta presión que sufre el litoral de Ibiza. Según la presidenta de la asociación, «se permiten demasiados barcos» y el efecto de eso sobre el mar y sobre la playa «es negativo».

Así señaló que habría que «retirar todos los muertos ilegales existentes en las playas de la isla y limitar los fondeos» para reducir esa presión. «La gente mete los muertos y ahí los dejan. Muchas veces encima de posidonia», denunció Morgan, quien añadió que «además la cadena para amarrarse no suele ser de la longitud que debe y arrastran la posidonia». En su opinión, «habría que quitarlos todos».

Desde la asociación ecologista, hacen un llamamiento a la Demarcación de Costas para que se implique más y actúe con rapidez ante esta situación.