Momento en el que los rescatadores iban a proceder a descender al niño.

Los bomberos protagonizaron a primera hora de la tarde de ayer un rescate de altura, y no se trataba de ningún simulacro. Eran las 15.30 horas cuando un pequeño de doce años aprovechaba las características de la fachada del pabellón de Puig d’en Valls para trepar hasta su cubierta, punto donde había ido a parar un teléfono móvil.

Tras dar la alerta, hasta el Polideportivo de Puig d’en Valls se desplazaron varias unidades de la Policía Local de Santa Eulària y una dotación de bomberos con el vehículo escalera.
La operación rescate se prolongó durante casi sesenta minutos ya que, tras analizar el escenario, los bomberos tuvieron que trasladar al pequeño desde un punto de la cubierta hasta el lugar donde se encontraba la cesta del vehículo articulado.

Un miembro del Grupo de Rescate Vertical (GRV) de los bomberos fue el encargado de llegar hasta el punto donde el pequeño se había quedado sin opciones de retorno. Tras asegurarlo con un arnés y engancharlo a una cuerda, los dos fueron avanzando poco a poco por la cubierta. La estructura con forma de dientes de sierra dificultó un poco más el rescate.

El trabajo de los bomberos era seguido desde los campos de fútbol y desde el aparcamiento por decenas de personas. El rescate concluyó de forma satisfactoria en torno a las 17.15 horas. A los pies del camión esperaban los familiares del pequeño, que vivió una peripecia que seguro no olvidará jamás.