Los jóvenes de Amadiba ayer en el Centro Cultural de Jesús. | DANIEL ESPINOSA

La Asociación de Padres y Madres discapacitados (Amadiba), celebró ayer el primer Congreso de Familias de Personas con Discapacidad en Ibiza, en el Centro Cultural de Jesús.
Amadiba, a lo largo de 25 años, ha creado una red de recursos de atención y apoyo para las familias con hijos discapacitados para que su vida pueda continuar con la normalidad de cualquier familia que no tiene un hijo con discapacidad intelectual. En el Congreso se compartieron las inquietudes, necesidades y aprendizajes de las familias en esta situación, y los hijos hablaron de su día a día, de lo que les preocupa y de sus expectativas.

La presidenta de Amadiba, Elvira Jiménez, afirmó que, «en los congresos siempre se aprenden cosas nuevas y las familias pueden conocerse entre sí e intercambiar experiencias. Creíamos necesario celebrar este encuentro en Ibiza para que las familias no tengan que desplazarse a Mallorca que es donde normalmente los celebramos».

La presidenta de Amabiba declaró: «Lo más importante y que nosotros intentamos trasladar desde Amadiba, es que hay que aceptar que se tiene un hijo con discapacidad, luego conocerlo e intentar tratarlo para normalizar la vida diaria, y esto se puede conseguir gracias a la ayuda de los profesionales».

La directora de atención familiar de Amabiba, Marian Vives, comentó que, «hemos cambiado los sistemas asistenciales a los jóvenes con discapacidad, estamos ahora ofreciendo servicios individuales y personalizados y adaptando las soluciones a las necesidades específicas y según cada circunstancia».

En el encuentro los jovenes que utilizan los servicios de Amadiba, hablaron de sus miedos, deseos, retos y sus rutinas diarias.

Francisco Torrejón, joven discapacitado, declaró que, «lleva en Amabiba desde julio de 2017, y comentó que antes de entrar en la asociación era un jovén problemático y conflictivo, en ocasiones gritaba a sus padres y pesaba 127 kilos, apenas salía de casa. No tenía una vida saludable, ni miraba por su felicidad. Para él la gente que le apoya a día de hoy, es como su familia y no se imagina un futuro sin ellos, se siente muy agradecido a todos sus seres queridos, familia, amigos y profesionales, declaró Torrejón.

Alberto Campalans entró en Amadiba el 8 de noviembre de 2018, y se siente feliz por formar parte de la asociación. «Solemos ir a eventos culturales, hacemos talleres y hacemos ejercicio y acudimos a las fiestas locales. Ahora escucho más a la gente y puedo controlar mis emociones, ser más paciente con las personas y conmigo mismo, todo ello gracias a Amadiba y a un gran esfuerzo por su parte», confesó Campalans.

Su relación con la familia también ha mejorado y ayuda en las tareas domésticas. Yo na puede vivir sin apoyos porque no puede gestionar muchas cosas del día a día y necesita a los profesionales para el control de us emociones. Es imposible para mí estar solo.

La familia
Loren Martínez, una de las madres cuyos hijos hablaron ayer en el Congreso, comentó. «Este tipo de encuentros ofrece una gran ayuda e ideas a las familias para ver lo que es mejor para nosotros. Gracias a Amabiba nuestros hijos se han vuelto más abiertos, han hecho muchos amigos, han mejorado en todos los sentidos».

Las madres de hijos discapacitados piden más apoyo por parte de las instituciones y, también más encuentros como el de ayer.