De izquierda a derecha, Abel Matutes Prats, Abel Matutes Juan y Jesús Sobrino, el jueves, en el evento del 50 aniversario.

Palladium Hotel Group y la familia Matutes celebraron con clientes, colaboradores y amigos el jueves por la tarde el 50 aniversario de la creación de la compañía que nació con el Hotel Playa d’en Bossa y se transformó cuando lo reformó en el Ushuaïa.
El evento se celebró en el antepalco de honor del Santiago Bernabéu, desde donde los invitados podían acceder a las butacas del palco, ese lugar mítico y místico, donde cuentan las leyendas que se fraguan negocios por doquier y al que acude cada día que hay velada la flor y nata del mundo político, periodístico y empresarial de la capital.

Abel Matutes Juan es madridista, muy madridista. El patriarca no desaprovecha aún la ocasión para acudir cada vez que puede a ver un partido de Champions del Real Madrid. Antes, iba con más frecuencia porque pasaba más tiempo en Madrid y también asistía a partidos de Liga, nos confesó el jueves.

Quizá de tanto ir al palco y de inculcarle a su hijo la pasión por el club blanco, surgió la idea de que Palladium Hotel Group patrocinara la sección de baloncesto como una forma de asociar los valores de la compañía a «un club luchador y ganador», en palabras de Abel Matutes Prats en los postres de su primer discurso público como presidente.
Horas antes, la compañía había anunciado en el estand de Fitur la segregación de la explotación hotelera de la actividad patrimonial y el relevo al frente de la presidencia de la compañía. Dos noticias de no poco calado para celebrar el 50 aniversario. El relevo se visualizó, al menos simbólicamente, cuando Abel Matutes Prats accedió al atril para pronunciar su primer discurso público como presidente, el discurso de la efeméride, el discurso de la noticia, bajo la atenta mirada de su padre, sonrisa orgullosa en el rostro, y de sus tres hermanas, además de otros familiares. Repitió los mensajes que horas antes se habían trasladado a la prensa, con unos dardos sobre la edad de las hermanas y de la compañía y los paralelismos con los valores del Real Madrid que justificaron su patrocinio. Le faltó acabar con un ‘Hala Madrid, Hala Paladium’.
Asustó a la parroquia cuando amenazó con repetir el discurso en inglés, una broma prueba del buen humor que le caracteriza.

Mientras se sucedían las felicitaciones, los abrazos, los besos, las anécdotas y los chascarrillos en círculo, el ex presidente de Palladium Hotel Group y aún presidente del Grupo de Empresas Matutes subía a un taxi para irse a la fiesta del Teatro Kapital, mientras su hijo ejercía de presidente, estampa de que han cambiado las cosas, pero no tanto.