Xico Tarrés, durante una rueda de prensa en la sede del PSOE de Ibiza. | Marcelo Sastre

Salvo que mintiera ante los medios en febrero de 2019, nada descartable y que, a buen seguro, hizo alguna vez en su etapa de político activo, cuando anunció que dejaba la política y volvía a la docencia, no tenía intención de repetir en las listas ni tampoco de abandonar el partido, sino todo lo contrario». Este es un fragmento del artículo dominical de un servidor de la semana pasada sobre el abandono de militancia del PSOE de Xico Tarrés, noticia adelanta por este periódico que sacudió la vida política balear durante unos días.

Ahora sabemos que ni una cosa, ni la otra. Abandonó el partido y quería un cargo. En algo no mintió, ya que efectivamente no quería repetir en las listas; no le motivaba volver a calentar la silla en el Parlament, que es lo que hacen básicamente las señorías de los grupos que apoyan al gobierno. No era plan para un pata negra del socialismo ibicenco andar todas las semanas de los periodos de sesiones de avión en avión y tiro porque me toca. Aspiraba a un cargo de mayor relevancia, de mayor poder y de menor exposición. Pensaba que se lo merecía después de tantos años de sacrificio para el partido y que era una buena manera de irse por la puerta grande.

Medio en broma, medio en serio, no se había cansado de repetir a quien quisiera escucharle que le encantaría ser secretario de estado para el Deporte, nombramiento que, en el momento de la retirada, era imposible de proponer porque el Gobierno estaba en funciones. Y, muy difícil de conseguir por la escasa sintonía que tiene Francina Armengol con Pedro Sánchez, quien no le perdona a la baronesa balear que apoyara a Patxi López y no a él, con lo guapo que es y lo bien que sale en las fotos dentro de aviones y helicópteros, incluidos los de rescate. La prueba está en los pocos altos cargos de las islas en el Gobierno con más altos cargos de la historia. Política de bajos vuelos de Falconeti.

Xico Tarrés le hizo saber a Francina Armengol sus deseos de ser presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares. Con permiso de los casi 120.000 euros que cobra la también socialista ibicenca Pilar Costa, el salario del presidente del ente portuario, que depende del Ministerio de Fomento pero cuyos presidentes son nombrados por las comunidades autónomas en virtud del Pacto del Majestic entre Jordi Pujol y el José María Aznar que habla catalán en la intimidad en 1996, otra de las anomalías del estado de las autonomías, es de los más jugosos en cantidad y calidad del panorama político balear.

Xico Tarrés quería suplir a Joan Gual de Torrella, quien tiene una nómina de 92,843,16 euros, más que cualquier miembro del Ejecutivo balear, si no tenemos en cuenta los complementos y sobresueldos varios.

Su exposición mediática y política es, además, mucho menor. Por si fuera poco, maneja un presupuesto millonario. Es decir, más por menos, una suerte de retiro dorado previo a su jubilación, al que, por cierto, ningún ibicenco ha tenido acceso.

Tras las elecciones de mayo de 2019, Francina Armengol no atendió sus aspiraciones del otrora barón ibicenco al aplicar la máxima de no tocar aquello que funciona y mantuvo en el cargo al actual presidente. Decisión justificada. No en vano, Gual de Torrella ha pacificado una institución que venía siendo en los últimos años fuente de escándalos y corruptelas y de la que hemos dejado de hablar. No contaba Tarrés con mayores apoyos para esta empresa que los suyos propios, ya que desde la agrupación a la que pertenece y que comanda sin oposición interna Rafa Ruiz no quisieron ni oír hablar de esta opción. Tras el ataque de cuernos y sentirse agraviado por sus compañeros, con lo que él ha sido, Tarrés empezó a decidir que la mejor opción era abandonar el partido que le ha dado todo y en el que ha militado 30 años. Escogió el momento propicio y vistió su decisión de peregrinos argumentos que bien se podría haber ahorrado para no hacer el ridículo que ha hecho. Tras su publicar este diario su portazo sin razones, los que no las sabían empezaron a preguntar y los que las sabían empezaron a hablar. El ansia de presidir Autoridad Portuaria fue confirmado por varias fuentes socialistas a Periódico de Ibiza y Formentera. Tarrés lo negó.

Los hechos relatados también llegaron a la redacción de Al Día que dirige y presenta Rafael Gallego en Ib3 Radio. En una entrevista radiofónica, le preguntaron a Xico Tarrés por sus deseos portuarios.

La respuesta de Tarrés empieza con una risa más falsa que un duro sevillano, demuestra que se la esperaba porque tenía la contestación preparada y aplica el excusatio non petita, accusatio manifesta: «Es cierto que me ofrecieron esta posibilidad (la de presidir Autoridad Portuaria) cuando yo ya había dicho que dejaba la política y evidentemente las cosas no va por aquí. He tenido cargos importantes y sería mucho más necio de lo que soy, si yo, porque no me han dado un cargo o no me han ofrecido un cargo, me fuera del partido». Blanco y en botella, es más necio de lo que parecía porque pasó lo que dice que no pasó.
¿Alguien se cree que si Xico Tarrés dirigiera los puertos de La Savina, Ibiza, Palma, Alcúdia y Mahón habría dicho que se va porque la política ha cambiado mucho y quiere ser libre de decir lo que piensa sin afectar al PSOE? Obviamente, no. ¿Alguien se piensa que Francina Armengol iba a proponerle a un Xico Tarrés en retirada presidir Autoridad Portuaria sin contar con el apoyo del niño mimado del socialismo balear que habita Can Bonito? Obviamente, tampoco. ¿Alguien se cree que si Francina Armengol le ofrece a Xico Tarrés presidir Autoridad Portuaria él se hubiera negado porque quiere volver al cole a dar clase? Absolutamente, tampoco.

Para que la bola no fuera creciendo, Tarrés no ha vuelto a repetir que no solo no quería sino que se lo ofrecieron y lo rechazó. Se ha limitado a negarlo y a esperar a que este asunto deje de ser noticia. En un artículo, enviado a través de un mensaje de whatsapp a este director, Tarrés insiste en negar sus legítimas aspiraciones y tiene la cara dura de pedir «respeto a mi privacidad», algo a lo que renunció hace 20 años cuando dejó las aulas para ser alcalde de su ciudad y luego presidente de su isla. «La economía, estúpido», escribió el asesor de Bill Clinton que apostó por hablar solo del bolsillo de los ciudadanos en la campaña que derrotó al favorito George H.W.Bush, el padre. Cuentan que James Carville, así se llama el asesor, escribió un cartel con letras bien grandes con el citado mensaje en el cuartel general de la histórica campaña electoral para que nadie se olvidara de que lo primero, primero. La única opción para que el aspirante, gobernador de Arkansas, pudiera sorprender a un adversario poderoso, que iba por delante en las encuestas tras derrotar a Sadam Hussein en la I Guerra del Golfo, con lo que le gustan a los americanos las guerras, era hablar de lo que realmente importaba a los americanos. Los cargos estúpido es una máxima con la que se responden nueve de cada 10 enigmas de internos de los partidos políticos, o más. Y el caso de Xico Tarrés no es una excepción.

Manuel de resistencia. A este paso, el nuevo secretario general de la Federació Socialista d’Eivissa (FSE), Josep Marí Ribas Agustinet, deberá pedir alguna sesión particular del Manual de Resistencia del presidente Pedro Sánchez.

No le ayudan, ni se ayuda. Al carrusel de dimisiones y desplantes conocidos, hemos añadido esta semana la baja de Aída Alcaraz como secretaria de organización de la agrupación de Sant Antoni. Dice tanto Agustinet como Antonio Lorenzo que se va por motivos personales, algo que dicen siempre desde los partidos cuando alguien dimite. Tampoco es buen síntoma que en Santa Eulària, una agrupación pequeña y cuya máxima aspiración es evitar la mayoría absoluta permanente del PP, haya dos candidatos, Ramón Roca y Alan Ripoll, algo que demuestra que el aparato del partido no está engrasado. En caso contrario, lo hubiera evitado porque para ganar es imprescindible la unidad.

La gestión del hotelito de Cala d’Hort, en este caso como alcalde, ha sido nefasta. Primero, el gobierno municipal se muestra a favor de que el Consell d’Eivissa le conceda el interés general, después se niega a dar marcha atrás en el pleno del día 31, para luego decir todo lo contrario. Por si fuera poco, los técnicos de la primera institución ibicenca determinan en unas pocas horas que la actividad de hotel es incompatible con la categoría del suelo, luego es ilegal. Ridículo.

Triplete de Vicent Marí. En sentido contrario, Vicent Marí, que Josep Marí Ribas calificó en la entrevista publicada en este periódico de muy dialogante y del que se considera amigo, ha hecho un hat trick. Acuerdo histórico en los criterios de reparto de los PIOS, ahora Pla 5, gracias a un ligero incremento del peso de la población, cambio que ha beneficiado al Ayuntamiento de Eivissa y perjudicado ligeramente a los otros cuatro. También en la misma sesión, acuerdo histórico, a falta de la letra pequeña, que pone fin a la anomalía histórica de que el Consell d’Eivissa viniera pagando el servicio de bomberos cuando ha de ser sufragado por los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes, todos menos Sant Joan. Y, finalmente, la Asociación del Ocio le ha comprado al presidente los argumentos de que o estamos juntos para todo, incluida la promoción turística oficial, o rompemos la baraja y finalmente ha accedido a no insertar publicidad en las vallas que sean consideradas ilegales que, según el Consell, son todas. Tan convencidos de las bondades de la medida están los empresarios de esta agrupación que instan a los locales que no pertenecen a ella a que se sumen a la medida. Salvo para la empresa que gestiona los soportes, parece una buena noticia, siempre que sirva acelerar la eliminación de los soportes fuera de ordenación.