Los asistentes a esta jornada dominical pudieron disfrutar de esta propuesta cultural que aunaba gastronomía y música por las calles de Santa Eulària. | IRENE ARANGO

Las calles de Santa Eulària se convirtieron durante el día de ayer en un festival de música intermitente que culminó con una fiesta final, gracias a la sexta entrega del Rock ‘n’ Bars.

Los asistentes al evento de este domingo pudieron escuchar y bailar diversos tipos de músico que abarcaban «desde swing al estilo de los años 60, hasta el rock más duro», según explicó Marc Riera, uno de los organizadores.

«Es un proyecto que nace para dinamizar el pueblo de Santa Eulària en invierno y darle la posibilidad a grupos nuevos, que no tienen tantas posibilidades para sacar adelante su música y que así les sirva de escaparate», remarcó Riera.

El evento consistió en hasta siete escenarios improvisados, ubicados en las proximidades de los bares del pueblo, en los que iban saliendo a escena con un intervalo de entre 15 y 20 minutos entre cada actuación.
Y al parecer la gente respondió a la invitación porque Riera aseguró que agentes de la Policía Local cifraron la asistencia entre 10.000 y 12.000 personas. «Este año como novedad hemos introducido el experimento de la fiesta final que durará de 18 a 21 horas y el objetivo para la próxima edición es alargarlo hasta las tantas», conjeturó el organizador.